Desde el primer acorde, Eric Clapton logró algo que pocos consiguen: transformar un espacio masivo en un lugar donde cada persona se sintió cercana, casi como en un concierto privado.
El concierto de la noche de este jueves en el Estadio GNP Seguros fue masivo, con 33 mil asistentes, pero eso se desvaneció en cuanto iniciaron los solos de guitarra y la apreciación casi silenciosa de la gente.
Sin la distracción de las pantallas y en un silencio casi reverente, cada nota abrazó a la audiencia desde el primer tema de la noche, "Key to the highway", un homenaje a su banda Cream. Entonces, el blues y el romance comenzaron a fluir.
El público se puso de pie para recibirlo luego de 20 años desde su último show en el país, pero pronto la mayoría regresó a sus asientos, dispuestos a disfrutar del músico de 79 años que, con sudadera y gorra, tomó la guitarra eléctrica para atacar "I´m your hoochie coochie man".
En pareja o en familia, muchos disfrutaron de la noche bien abrigados y cómodamente sentados. El choque generacional era evidente: mientras los más jóvenes intentaban grabar a Clapton con sus celulares, los mayores preferían simplemente verlo desde sus asientos.
Al final de cada tema, los aplausos estallaban, y todos se dejaban llevar por el siguiente blues. Llegaron los covers y Clapton rindió homenaje a ídolos del blues como Willie Dixon. El teclado añadió un efecto melódico, la infaltable armónica tomó su lugar, y cada frase que el ídolo concluía daba paso a los solos: primero la batería, luego el teclado, seguido del bajo y, al final, la inconfundible guitarra de Eric.
Entre músicos afrodescendientes y algunos caucásicos con atuendos hippies, Clapton mezcló generaciones y estilos sobre el escenario. Las coristas, con voces potentes, acompañaban su guitarra, que cobraba protagonismo en "Badge", otro tema de sus días con Cream.
El blues, sensual y melancólico, cambió en "Down and out", dando paso a un sonido country con una guitarra más agresiva.
Clapton aprovechó ese momento para hacer una pausa y recibir el aplauso del público: "Gracias, thank you very much", dijo, tomando la guitarra acústica mientras el resto de los músicos salía del escenario, quedándose solo con el pianista.
Entonces llegó el momento más esperado de la noche, el único en el que el público prefirió capturar el instante a disfrutarlo: "Tears in heaven" comenzó a sonar.
Todos rompieron la atmósfera contenida: gritaron, cantaron y levantaron las luces de sus celulares. Unos grababan, otros movían las lámparas de un lado a otro, acompañando el ritmo de una de las baladas más icónicas de Clapton.
Fieles sin importar el tiempo
Lo fanáticos que asistieron han escuchado por generaciones la música de Eric en diferentes formatos, desde la radio, el LP, hasta el streaming, como Oscar Castillo.
"Es música que hoy ya no se hace. Eric es un genio que ha influenciado a gente como yo desde hace décadas y no sabemos si esta será la última vez que lo veamos", aseguró.
Él, junto con su esposa e hijo, disfrutaron de la guitarra puntual del músico que demostró que la buena música no distingue edad.
El concierto de la noche de este jueves en el Estadio GNP Seguros fue masivo
Eric Clapton, con sus fans hasta el cielo
El concierto de la noche de este jueves en el Estadio GNP Seguros fue masivo