Ciudad de México. - Luego de haber ingresado al hospital hace días para ser operado de la próstata y el colon, Héctor Suárez salió bien de la intervención quirúrgica y a su salida dijo a los medios estar agradecido con Dios, con la vida, con su familia y con la Asociación Nacional de Actores, porque, explicó, de no haber sido por todos ellos él ya estaría muerto.
Visiblemente emocionado y aún con la debilidad física propia de haber sido operado, el primer actor se mostró de buen ánimo y dijo que previo a la operación pidió perdón a su cuerpo por haberlo tratado mal tantos años.
GRATITUD
“Siempre le doy gracias a Dios. Porque tenía que haberme operado hace cuatro años y quien lo fue agradando fui yo. Esta operación me la tuve que haber hecho hace mes y medio que fue cuando el doctor me dijo que tenía pegado el colon y que tenía que operarme de inmediato y le dije que me diera chance. Me fui a casa a orar y meditar a pedirle perdón a mi vejiga porque la traté mal, la descuidé al igual que al colon. Le di a mi cuerpo 25 años terribles de trabajo y alcoholismo, una madriza, pero así tenía que ser y este día tenía que ser ahora”, explicó Suárez desde el hospital.
El histrión de 80 años detalló ser un ser afortunado pues además de haber salido bien de la operación, inicialmente los médicos le habían dicho que la intervención duraría siete horas, pero al final fue una cirugía de dos horas; espera que su recuperación sea rápida, pues ya lo están esperando que regrese a las fotos
de televisión.
PROYECTOS
“Estoy alistando mi programa ‘Ahí va el golpe’ y ya solo están esperando para que regrese y mi vida será igual y el amor a la vida lo seguiré demostrando. Nunca voy a perder la fe, para mi diario es mi cumpleaños, cada vez que abro mis ojos lo vivo, no vivo ni en el pasado ni el futuro, el pasado ya se fue, soy consecuencia de mi pasado y disfruto el hoy”. El buen ánimo que mostró siempre, es lo que dice, lo ayudó a sortear este momento complicado. Además, dijo que nunca ha tenido miedo a morir, pero sí de dejar sola a su familia. “No le tengo miedo a la muerte, estoy preparado para irme en el momento en el que me lo pida Dios, a lo que le tengo miedo, terror y pavor es a dejar a mi nena de ocho años a mi joven de 21 años y a mi esposa que desde aquí agradezco a esa mujer que me cuida, me procura, me alimenta, me protege, Dios te bendiga Sarita linda de mi vida”, comentó.