CIUDAD DE MÉXICO. - El día de ayer se anunció que Inés Gómez Mont finalmente ha recuperado la patria potestad sobre cuatro de sus siete hijos. La ex conductora, conocida por su paso en programas como “Ventaneando”, enfrentó una dura batalla legal iniciada por su exesposo, el empresario Javier Díaz, con quien estuvo casada de 2008 a 2013.
Este proceso legal se intensificó debido a los problemas legales que involucraron a Gómez Mont y su actual esposo Víctor Álvarez Puga, pero finalmente ha obtenido un veredicto favorable.
Inés Gómez Mont, de 40 años, es madre de una familia numerosa, con siete hijos en total, seis de ellos biológicos. Su primer matrimonio con Javier Díaz dio fruto a cuatro de ellos: Inés, los trillizos Javier, Bruno y Diego. Posteriormente, en su actual matrimonio ha tenido dos hijos más, Bosco y María, además de adoptar a Mayito, hijo de Álvarez Puga, de un matrimonio previo.
En 2008, Inés Gómez Mont y Javier Díaz unieron sus vidas en matrimonio y todo parecía que marchaba bien con la pareja, quien públicamente no desaprovechaba a la oportunidad de demostrarse su amor.
Durante cinco años, la ex conductora de “Ventaneando” y el empresario compartieron momentos significativos en sus redes sociales, incluyendo el nacimiento de sus cuatro hijos: Inés, Diego, Bruno y Javier. Los tres primeros son trillizos, desafortunadamente el menor, Diego, enfrentó desafíos de salud desde su llegada al mundo.
Javier Díaz, hermano del reconocido Pepe Díaz y empresario en el sector de bares y centros nocturnos bajo la razón social “Grupo Classico”, parecía tener todo lo necesario para una vida de éxito y estabilidad. Sin embargo, el matrimonio comenzó a mostrar grietas que eventualmente llevaron al divorcio en 2013.
Según la conductora, uno de los conflictos cruciales en su relación fue la falta de responsabilidad de su entonces pareja en la crianza de sus hijos. Ella lo acusó de llegar en estado de ebriedad y no involucrarse en los cuidados necesarios para sus pequeños.
El fin del matrimonio fue tumultuoso y público. Tras el divorcio, Javier Díaz se mantuvo bajo el escrutinio mediático, aunque eventualmente optó por alejarse de la vida pública. Sus redes sociales se volvieron privadas y su vida personal quedó en la sombra, hasta que su nombre volvió a resonar con el fallecimiento de Iñigo Arenas Saiz y las polémicas demandas en torno a su exesposa.