En el año 2010 Kenia Gascón se vio obligada a confesar su homosexualidad a causa de la filtración de unas fotografías de ella y su pareja.
Además, reveló que en muchas ocasiones intentó enamorarse de un hombre, pero sólo fueron intentos fallidos, no pudo sentir la misma pasión que sentía con las mujeres.
Comentó que su fallecido padre la obligó a pagarle una multa por el daño que le causó que su hija hiciera pública su homosexualidad y que sufrió también de discriminación por parte de distintos miembros de su familia.
"Mi padre nunca, hasta su muerte, logró aceptarme, siempre fue homofóbico y siempre fue un hombre que pensaba las peores cosas de mí".