Cada vez que Madonna canta el éxito de la década de 1980 “La Isla Bonita” en su gira de conciertos, imágenes en movimiento de nubes arremolinadas, teñidas de atardecer, se reproducen en pantallas gigantes detrás de ella.
Para conseguir ese aspecto etéreo, la leyenda del pop utilizó una rama poco explorada de la inteligencia artificial (IA) generativa: la herramienta de texto a vídeo. En la cual se escriben algunas palabras, por ejemplo, “puesta de sol sobre una nube surrealista” o “cascada en la selva al amanecer”, y se hace un video instantáneo.
Siguiendo los pasos de los chats de IA y los generadores de imágenes fijas, algunos entusiastas de los videos de IA dicen que la tecnología emergente podría algún día cambiar el entretenimiento, permitiendo, por ejemplo, crear películas con historias y finales personalizables. Pero hay un largo camino por recorrer antes de que esto se pueda lograr, y muchos escollos éticos en el camino.
Para los primeros usuarios, como Madonna, que por décadas ha empujado los límites del arte, fue más bien un experimento. La artista rechazó una versión anterior de las imágenes que habían propuesto para “La Isla Bonita” que usaba gráficos por computadora más convencionales para evocar un ambiente tropical.
“Probamos imágenes generadas por computadora. Se veía bastante insípido y cursi y a ella no le gustó”, dijo Sasha Kasiuha, directora de contenido de la gira Celebration de Madonna, que continúa hasta finales de abril. “Y luego decidimos probar la IA”.
OpenAI, fabricante de ChatGPT, ya dio una idea de cómo podría ser la sofisticada tecnología de texto a video cuando la compañía mostró recientemente Sora, una nueva herramienta que aún no está disponible al público. El equipo de Madonna probó un producto diferente de la empresa de reciente creación Runway, con sede en Nueva York, unas de las pioneras en la tecnología que lanzó su primer modelo público de texto a video en marzo pasado. La compañía presentó una versión más avanzada “Gen-2” en junio.