Susana Zabaleta consolida su carrera

Ofrecerá show con Albarrán y Los Jaguares

Ciudad de México. -  De niña, Susana Zabaleta soñaba con formar parte de la escolta en la escuela a la que iba. Quería hacerlo para estar cerca de la Bandera y para cantar el Himno Nacional Mexicano mientras marchaba por el patio, pero nunca sacó los dieces requeridos.

Era la época en que la originaria de Monclova, pensaba que la gente cantaba, pues para ella significaba su alimento de todos los días y lo veía como algo muy normal, hasta que entendió que no a todos se les daba el canto, que su don era especial y que debía pulirlo.

“Recuerdo que mi mamá siempre decía: ‘A ver, vengan a cantar (sus hermanos y ella), cántenle a los doctores’, pues mi papá es doctor. Yo decía: ‘Ay qué flojera’, pero una vez, uno de esos doctores me preguntó si me gustaba leer la Biblia y le respondí que no tanto.

“Me dijo: ‘Quiero que leas donde Dios les da tres monedas a tres hermanos. Uno la entierra, otro la gasta. Tu voz es como una moneda, la entierras o haces el doble, es don, no puedes quedarte como si no pasara nada, porque lo que hoy logró conmovernos”.

Esa día, se fue pensando que su voz era responsabilidad y que debía trabajar para destacarla. A los 14 viajó a Monterrey, para cursar prepa, en Monclova no había.

EXPERIENCIA

Su novio de aquel entonces la llevó a la ópera “Sansón y Dalila” y fue ahí donde se propuso subir un día al escenario para cantar igual o mejor que la protagonista.

“En Coahuila se oyen bandas y norteño. Cat Stevens era lo más fino que había escuchado, además de clásica, pero nunca la ópera. Mi novio me dijo que había Escuela Superior de Música y Danza, audicioné y me quedé. Ahí empezó la mejor parte de mi vida.

Siempre creyó que era tonta, así se lo hicieron sentir en casa. Luego entendió que si no comprendía lecciones en la escuela es porque no estaba aplicándose en lo que le gustaba.

“Uno de mis hermanos siempre sacaba dieces y a mí ni me revisaban calificaciones. Mi padre nos dijo que tendríamos junta para decirle qué carrera queríamos. Pensé en 80 opciones, incluso, quería ser médico igual que él y para que se sintiera feliz de mí.

“Esa noche le preguntó a mi hermano y contestó, luego al otro y también respondió, mi hermana era muy chiquita y tras escucharlos, dijo: ‘Pues bueno, ¿qué van a querer cenar?’. 

Entonces pensé que él daba por hecho que yo soy mensa y que no puedo”.

Con el tiempo, el mayor halago de su padre hacia ella fue decirle: “Chin, ¿por qué no naciste hombre?”, y fue un comentario que marcó para siempre a Zabaleta.

“O sea que, ¿si fuera hombre, habría llenado sus expectativas? Nunca lo tomé a mal, sólo dije que no podía vivir ahí siendo mujer ni con la mente de loca y desenfrenada que tengo. Pensé: ‘O te vas de aquí o te quedas y te casas’. Y qué horror, salí corriendo de ahí”.

Será el 3 de abril cuando presentará espectáculo con Rubén Albarrán (Café Tacvba) y Jugares, parte del concepto Lunario 

Bohemio en el Lunario del Auditorio Nacional.