Con sólo 17 años, Tatiana conoció a Andrés Puente, quien sería su esposo por 11 años, sin esperar la situación familiar de violencia que viviría, a tal punto que, para poner una pausa a dicha relación, tuvo que escapar de su casa a poco tiempo de haber dado luz a su segundo hijo.
La originaria de Monterrey, Nuevo León, llevaba sólo cuatro años en el medio artístico, cuando conoció a Puente, un empresario que tenía 13 años más que ella.
De acuerdo con lo que ha narrado, Puente contactó a su madre, doña Diana Perla Chapa, que era mánager de la joven, para contratarla para que actuara en un parque de diversiones.
"Llegamos a ensayar con los músicos y este tipo voltea y me dice: '¿sabe qué, señora?, yo me voy a casar con su hija?'", rememoró la mamá de la cantante en "Historias engarzadas".
Tatiana ha reconocido, en más de una ocasión, que no se sentía atraída por Andrés, sin embargo, su forma humorística de ser y las atenciones que tenía con ella, por esa época, hicieron que se terminara por enamorar.
"No me gustaba físicamente, pero él logró mostrar su lado encantador, su lado chistoso, su lado divertido, el alma de las fiestas, muy detallista y muy hábil, ¿no?, pero muy muy hábil, muy astuto".
La famosa sólo había tenido una relación previa, con un joven de su edad, por lo que se dejó deslumbrar por Puente, a pesar de que su familia y personas cercanas le advertían que en él no encontraría una historia de prosperidad.
"Una conocida de mi hermano le dijo: 'Oye, cuida a Tatiana porque, casualmente, mi tío era vecino de él con su pasada esposa, y un día sí, y un día no, llegaba golpeada'", contó la propia Tatiana.
Desde el comienzo de su relación, el empresario dejó entrever su personalidad, pues celaba a Tatiana a cualquier provocación y, quienes los rodeaban, se percataban del mal trato de Puente, sin embargo, la joven no entraba en razón y, a pesar de ser consciente de los malos tratos que recibía, quería continuar con esa relación.
Fue así que la relación prosiguió, hasta que él le pidió matrimonio y, sin estar segura de su respuesta, ella le dio el "sí", a sabiendas de que, muy probablemente, se arrepentiría.
"Me dio el anillo de compromiso, no le pude decir que no, me sentí como acorralada, lo hizo público, con prensa, amigos y todo, entonces ¿cómo le voy a decir que no",
Tatiana y Andrés se casaron en junio de 1990; a partir de ese momento, él comenzó a ser su representante y su comportamiento dentro de la casa era cada vez más violento y demandante.
La crisis matrimonial aumentaba, al mismo tiempo que Tatiana debutaba como artista infantil y alcanzaba su mayor éxito, aunque en su vida personal no era dichosa.
"Nunca me veía como mujer, siempre me veía como la máquina de hacer dinero, el símbolo de pesos y la artista; siempre me estaba regañando que porque comía, que porque enogordaba, me decía que no valía nada, que era una artista mediocre, me decía que lo que había conseguido era porque mi mamá se acostaba con todos".
Y aunque la relación iba de mal en peor, en 1994 tuvieron a Cassandra y en 2001 a Andrik, en ambos embarazos, la cantante recuerda que Puentes la empujaba sin importar su condición gestante.
Fue a poco tiempo de dar a luz que, un día, cuando su esposo no estaba en casa, se saltó la barda de metro y 20 centímetros, con su hija de siete años y el recién nacido Andrik, para tomar un avión de vuelta a su natal Nuevo León.