Concierto de Interpol en el Zócalo de la Ciudad de México

Interpol: Zócalo abarrotado y precios desorbitados en terrazas

CIUDAD DE MÉXICO, abril 20 (EL UNIVERSAL).- Desde la una de la tarde, numerosos seguidores se congregaron para presenciar la prueba de sonido de la banda neoyorquina Interpol, dispuestos a tolerar el persistente calor que aún se dejaba sentir en la Ciudad de México.

Con el avance de la tarde, la temperatura descendió, acompañada por la llegada de la lluvia. No obstante, el público resistió con tal de disfrutar de cerca de su grupo favorito, a pesar de tratarse de una banda que visita el país de manera recurrente.

El último concierto de Interpol en la capital tuvo lugar en 2023, dentro del marco del festival The World Is a Vampire, con un costo de entre $1,280 y $4,136 por persona.

En la Plaza de la Constitución, las terrazas que rodean la explanada ofrecen una vista panorámica del espacio, que se extiende desde el escenario frente a la catedral hasta el Palacio Nacional. El acceso a ellas tiene un costo de 3 mil pesos para presenciar el evento gratuito de los estadounidenses desde esta privilegiada ubicación.

"Es una exageración. Te gastas lo mismo que en un festival o en un concierto en vivo de cualquier otro artista solo por subir a una terraza y tomarte un trago. De todos modos, estamos a la misma distancia desde abajo", expresa Alejandro, un fanático de Interpol.

Según una de las vendedoras que aborda a los asistentes al concierto, el precio incluye una cena completa y tres bebidas. Sin embargo, la mayoría prefiere llevar sus propios líquidos y esperar sentados en el asfalto.

Además, para aquellos que desean disfrutar de una bebida alcohólica, a pesar de no estar permitido ingresar con ellas, hay vendedores que merodean mientras el público espera, ofreciendo cigarros y cerveza. "Cuánta chela, cuántas chelas, cuánta chela, cuántas chelas", repite un vendedor.

A las 6:50, diez minutos antes de la hora anunciada por el gobierno de la CDMX, la banda abridora Water From Your Eyes salió al escenario, con sonidos experimentales y oscuros, mientras la lluvia amenazaba con volver a caer en el primer cuadro de la capital.