Tras 16 años sin lanzar un nuevo álbum, The Cure está de vuelta con "Of a lost world", su decimocuarto álbum y, tras una marcada ausencia de nueva música y la promesa a sus fans de que pronto volverían con una producción discográfica prometedora, la banda decidió realizar una transmisión del concierto en vivo donde presenta el contenido del disco.
Con una duración de tres horas, el espectáculo de la banda Crawley, Reino Unido, comenzó en punto de las 14:00 horas de este viernes.
El show se llevó a cabo en el auditorio Troxy, ubicado en Londres, en cual tiene una capacidad de alrededor de 3 mil personas, sin embargo, la presentación de "Of a lost world" fue atestiguada por una cantidad mucho mayor de personas, ya que la banda decidió transmitir en vivo el espectáculo.
Hasta la tarde de este viernes, su concierto ha acumulado las 219 mil 580 reproducciones.
Desde muy temprano el nombre de la banda, característica por sus sonidos góticos ochenteros, se hizo tendencia en X, debido a que no sólo cuentan con un gran número de fans cautivos, si no que con los años se han ganado el reconocimiento de nuevas generaciones.
La espera de esta producción fue larga, pues desde hacía años, su líder, Robert Smith, dio a conocer que preparan el disco con el que marcarían su regreso a la industria musical porque, en realidad, nunca se han alejado de los escenarios.
Robert, Simon, Roger, Perry, Jason y Reeves visitaron nuestra ciudad en 2019, con un concierto en el entonces Foro Sol y, antes de esa visita, ofrecieron un recital en 2013.
El álbum de la banda cuenta con un toque especialmente personal, pues muchas de las letras plasman pasajes de la vida de Smith que siguen inconclusos dentro de su corazón.
"Endsong" habla del paso del tiempo, una de sus estrofas expresa: "Estoy afuera en la oscuridad, preguntándome cómo me hice tan viejo, todo se ha ido, todo se ha ido".
"Nothing is forever" habla del arrepentimiento del músico da 65 años de no despedirse de un familiar, que estaba a punto de morir, pese a que prometió visitarlo.
También hay una composición, "I can never say goodbye", dedicada a su hermano Richard, que murió en 2019.