CIUDAD DE MÉXICO, octubre 28 (EL UNIVERSAL).- Los trastornos del sueño representan un problema creciente para la salud y el bienestar general. Ante esto, una investigación de la Universidad de Reykjavik, en Islandia, ha explorado cómo la actividad física puede mejorar la calidad del descanso, arrojando resultados significativos sobre la relación entre ejercicio y sueño.
El ejercicio regular se ha convertido en un aliado para mejorar la calidad del sueño, pero la clave para maximizar estos beneficios radica en la cantidad de actividad física semanal que se realiza. El estudio, que se desarrolló durante diez años e incluyó a más de 4,000 participantes de mediana edad, mostró que las personas que mantuvieron una rutina de ejercicio constante tenían una menor prevalencia de insomnio y lograban dormir entre seis y nueve horas por noche, la duración óptima recomendada para la salud. De hecho, el 70.9% de los participantes activos reportaron una duración de sueño en este rango, comparado con el 59.2% de quienes eran inactivos.
No solo es importante el tiempo total de ejercicio, sino también su frecuencia. El estudio también observó que aquellos que realizaban ejercicio de forma constante durante la semana, en lugar de concentrarlo en uno o dos días, mostraban mejoras más significativas en sus patrones de sueño. Distribuir el ejercicio en al menos tres o cuatro sesiones semanales puede ser especialmente beneficioso para quienes buscan reducir los síntomas de insomnio.
La investigación también enfatiza que los beneficios del ejercicio sobre el sueño se potencian con el tiempo. Mantener una rutina constante a lo largo de los años reduce los despertares nocturnos y mejora la duración y profundidad del sueño. La actividad física ayuda a regular diversos procesos biológicos relacionados con el sueño. Por ejemplo, el aumento de la temperatura corporal durante el ejercicio provoca una caída posterior que favorece el inicio del sueño. Además, el ejercicio libera endorfinas, que contribuyen a reducir el estrés, uno de los factores más comunes detrás del insomnio.
- Aumentar la exposición a la luz natural durante el día.
- Reducir la exposición a la luz azul en la noche.
- Evitar el consumo de cafeína y alcohol antes de dormir.
- Mantener un horario de sueño regular.
- Practicar técnicas de relajación antes de acostarse.
- Consultar con un profesional en caso de problemas persistentes de sueño.
Estos consejos y los beneficios de una vida activa subrayan que, para quienes buscan mejorar su descanso y bienestar, el ejercicio regular es una herramienta valiosa y efectiva.