TAIPÉI, Taiwán (AP) — China lanzó el viernes una sonda para alcanzar la cara oculta de la Luna y regresar con muestras que podrían proporcionar información sobre las diferencias entre la región menos explorada y la cara cercana más conocida.
El cohete que transportaba la sonda lunar Chang’e-6 —que lleva el nombre de la mítica diosa lunar china— despegó el viernes a las 5:27 de la tarde según lo previsto desde el centro de lanzamiento de Wenchang, en la provincia insular de Hainan.
Es el más reciente avance en el cada vez más sofisticado programa de exploración espacial de China, que ahora compite con Estados Unidos —que sigue siendo el líder en el espacio.
Después de orbitar la Luna para reducir la velocidad, el módulo de aterrizaje se separará de la nave espacial y comenzará a tomar muestras casi tan pronto como se acerque. Luego se volverá a conectar con el que regresa para el viaje de regreso a la Tierra. La misión completa durará 53 días.
Libre de la exposición a la Tierra y otras interferencias, la cara oculta algo misteriosa de la Luna es ideal para la radioastronomía y otros trabajos científicos. Como el lado opuesto nunca mira a la Tierra, se necesita un satélite de retransmisión para mantener las comunicaciones.
China ya aterrizó un vehículo en la cara oculta de la Luna en 2019, siendo el primer país en hacerlo. Y tomó muestras del lado cercano de la Luna en 2020, la primera vez que alguien lo hace desde el programa Apollo estadounidense que culminó en la década de 1970. El análisis de las muestras reveló que contenían agua en pequeñas cuentas incrustadas en tierra lunar.
China también tiene una tripulación de tres miembros en su propia estación espacial en órbita y pretende llevar astronautas a la Luna para 2030. Están previstas tres misiones de sondas lunares chinas en los próximos cuatro años.
Un gran número de personas acudió a las playas de Hainan para ver el lanzamiento, que se produce en medio del feriado de cinco días del Primero de Mayo en China.
También la semana pasada, tres astronautas chinos regresaron a casa luego de una misión de seis meses en la estación espacial orbital del país tras la llegada de su tripulación de reemplazo.
China construyó su propia estación espacial tras haber sido excluida de la Estación Espacial Internacional, en gran parte debido a las preocupaciones de Estados Unidos sobre el control total del programa espacial por parte del ejército chino en medio de una competencia tecnológica cada vez más aguda entre los dos rivales geopolíticos. La ley estadounidense prohíbe casi toda cooperación entre los programas espaciales de Estados Unidos y China sin la aprobación explícita del Congreso.
China llevó a cabo su primera misión espacial tripulada en 2003, convirtiéndose en el tercer país después de la ex Unión Soviética y Estados Unidos en enviar una persona al espacio utilizando sus propios recursos.