La decisión de someterse a una cirugía de emergencia puede generar ansiedad, especialmente en personas mayores de 65 años. Un nuevo estudio difundido por el Colegio Americano de Cirujanos busca identificar quiénes corren mayor riesgo de complicaciones y qué cirugías son más propensas a generar problemas en este grupo etario.
El estudio consideró dos factores clave: la fragilidad del paciente antes del procedimiento y el nivel de riesgo de la cirugía. Se enfatiza la importancia de no posponer cirugías necesarias, ya que la realización de operaciones de emergencia conlleva el mayor riesgo de complicaciones y mortalidad.
Los investigadores analizaron datos de más de 57 mil pacientes mayores de 65 años, clasificándolos en tres grupos según su fragilidad. Además, categorizaron los procedimientos en alto y bajo riesgo, observando diferencias significativas en las tasas de mortalidad y complicaciones entre ambos grupos.
Cirugías como apendicectomías o extracción de cálculos biliares se consideraron de bajo riesgo, mientras que procedimientos como cirugía de colon o reparación de úlceras perforadas se clasificaron como de alto riesgo. La tasa de mortalidad y complicaciones fue significativamente mayor en procedimientos de alto riesgo en comparación con los de bajo riesgo, independientemente del nivel de fragilidad del paciente.
El riesgo de un procedimiento pareció ser más determinante que la fragilidad del paciente en cuanto a complicaciones y muerte. Por ejemplo, los pacientes no frágiles que se sometieron a cirugías de alto riesgo tuvieron tasas de mortalidad mucho más altas que los pacientes frágiles que se sometieron a procedimientos de bajo riesgo.
Los investigadores destacan que muchos pacientes mayores tienden a posponer cirugías hasta que se vuelven emergencias, aumentando así el riesgo de complicaciones y mortalidad. Es crucial abordar los problemas de salud de manera oportuna y no esperar a que las condiciones empeoren, lo que podría llevar a situaciones de mayor riesgo y urgencia.