Cómo preparar avena para controlar colesterol y presión arterial

La avena es uno de los cereales más consumidos en el mundo y con justa razón. Se trata de uno de los alimentos más completos y fáciles de preparar, sobre todo, si se consume en el desayuno.

Ya sea para comenzar el día o como aperitivo para matar el hambre entre comidas, la avena destaca por sus niveles elevados de vitamina B y E, así como los minerales hierro, selenio, manganeso y cobre.

Desde la medicina popular, se recomienda consumir avena cocida para controlar el colesterol y la presión arterial. Además, diversos estudios han demostrado que es un cereal apto para diabéticos, pues disminuye el azúcar de la sangre.

Desde Mayo Clinic, especialistas destacan que la avena contiene fibra soluble, la cual reduce el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), o bien, el colesterol malo.

La fibra soluble se encuentra en alimentos como los frijoles, las coles de Bruselas, las manzanas y las peras, pero en mayores cantidades dentro de la avena. Una porción de desayuno aporta de 3 a 4 gramos de fibra.

Asimismo, la avena interviene en la producción de óxido nítrico en el organismo, que es fundamental para relajar los vasos sanguíneos, ayuda a la circulación de la sangre y reduce la presión arterial.

Entre otros beneficios, la avena es un excelente energético, regula el metabolismo, fortalece las uñas, disminuye la caída del cabello, regenera la piel y previene enfermedades como la hipertensión o diabetes.

Como cualquier otro alimento, es importante no excederse en el consumo de avena. Lo ideal es comer de 3 a 5 cucharadas al día, esto para evitar evacuaciones intestinales constantes, hinchazón y gases.

El desayuno es el momento ideal para comer avena, ya que su poder energético permite comenzar el día de manera saludable. Lo único que se necesita es cocer la avena y añadirle trozos de fruta -plátano, manzana o fresa- con una pizca de canela.