CIUDAD DE MÉXICO, octubre 15 (EL UNIVERSAL).- Las tarántulas, esos imponentes arácnidos que habitan en diferentes regiones del mundo, suelen ser temidos por su aspecto y tamaño. Sin embargo, según María Luz Thomann, bióloga y ornitóloga, su dieta es uno de los aspectos más fascinantes de su biología. Lejos de ser simplemente depredadoras voraces, su alimentación es el resultado de una serie de adaptaciones que les permiten sobrevivir en ambientes tan diversos como los bosques tropicales o los desiertos más áridos.
María Luz Thomann explica que las tarántulas son cazadoras oportunistas y que no tejen telarañas para atrapar a sus presas, como muchas otras arañas. En su lugar, dependen de su agilidad, fuerza y veneno para cazar. Su dieta principal se compone de insectos como grillos, cucarachas y saltamontes, aunque las especies más grandes, como la tarántula Goliat, pueden capturar vertebrados pequeños, como roedores o aves.
"La alimentación de las tarántulas es principalmente nocturna. Son animales que permanecen inmóviles hasta que una presa se acerca y entonces atacan con una rapidez impresionante", comenta María Luz Thomann. Añade que el veneno de las tarántulas no solo paraliza a la presa, sino que contiene enzimas que descomponen los tejidos, permitiendo que el arácnido succioné los líquidos resultantes, ya que no pueden consumir sólidos.
Las tarántulas jóvenes, señala la especialista que requieren una dieta especializada debido a su tamaño. En sus primeras semanas, se alimentan de insectos pequeños, como moscas de la fruta, que les proporcionan los nutrientes necesarios para su rápido crecimiento. A medida que crecen, su dieta se amplía, pero siempre mantienen un comportamiento de caza que combina paciencia y precisión.
María Luz Thomann también destaca una curiosidad interesante: "Las tarántulas adultas, especialmente las más grandes, pueden pasar semanas o incluso meses sin comer después de una buena comida. Esto les permite sobrevivir en ambientes donde las presas son estacionales o escasas".
De este modo, María Luz Thomann ofrece una visión detallada sobre lo que realmente comen las tarántulas, demostrando que, aunque su apariencia puede intimidar, su comportamiento alimenticio es un testimonio de la diversidad y complejidad de la vida animal.