En un mundo donde las relaciones digitales se entrelazan con la vida real, ha surgido un fenómeno conocido como "orbiting", una variante del "ghosting" que deja a las personas en una incómoda zona gris emocional. Mientras el "ghosting" implica una desaparición completa sin explicaciones, el "orbiting" mantiene una conexión superficial a través de las redes sociales, lo que puede generar confusión y angustia en aquellos que lo experimentan.
El fenómeno del "Orbiting"
El "orbiting" es como el hermano menor del "ghosting", donde una persona decide terminar una relación, pero no desaparece del todo. Continúa interactuando de manera superficial en las redes sociales, dando likes, mirando historias y ocasionalmente dejando comentarios breves, pero evitando cualquier forma de comunicación directa. Este comportamiento deja a la persona "orbitada" en un limbo emocional, sin claridad sobre el estado real de la relación.
Según la página de Psicología y Mente, el término "orbiting" fue acuñado por Anna Lovine y se refiere a cómo una persona puede mantener una presencia periférica en la vida de otra, similar a cómo la Tierra órbita alrededor del Sol: cerca, pero sin tocarse. Esta dinámica no solo es impulsada por la curiosidad o la necesidad de mantenerse informado, sino también por la incapacidad o la falta de voluntad de cerrar definitivamente un capítulo en la vida de alguien más.
El impacto del "orbiting" puede ser significativo para quienes lo experimentan. La persona "orbitada" puede sentirse atrapada en una situación de incertidumbre, alimentada por la esperanza falsa de que la interacción en redes sociales signifique una posible reconciliación. Esto puede prolongar el proceso de duelo emocional y dificultar la recuperación emocional.
El fenómeno también puede alimentar la dependencia emocional, haciendo que la persona "orbitada" mantenga la ilusión de una posible vuelta, a pesar de la realidad de la situación. Expertos advierten que estas dinámicas pueden evolucionar hacia formas de violencia simbólica, donde esa persona ejerce un poder sutil pero impactante sobre la persona orbitada, manteniéndola en un estado de vulnerabilidad emocional.
¿Qué hacer frente al "Orbiting"?
De acuerdo con el mismo sitio de Salud y Mente, para aquellos que se encuentren en una situación de "orbiting", es crucial tomar medidas para proteger su bienestar emocional:
1. Evaluar la situación: Preguntarse sinceramente por qué se desea mantener esta conexión virtual y si es saludable para el propio bienestar emocional.
2. Establecer límites: Considerar bloquear a la persona "orbitante" en redes sociales si su presencia genera malestar emocional o impide avanzar emocionalmente.
3. Buscar apoyo: Hablar con amigos cercanos o un profesional de salud mental puede ayudar a procesar emociones y ganar perspectiva sobre la situación.
En última instancia, el "orbiting" refleja cómo las nuevas tecnologías han transformado las dinámicas de las relaciones personales, creando nuevas formas de conexión que pueden ser tanto reconfortantes como perjudiciales. Aprender a establecer límites claros y a comunicar de manera directa y respetuosa son pasos fundamentales para gestionar este tipo de situaciones de manera saludable.