CIUDAD DE MÉXICO, marzo 26 (EL UNIVERSAL).- Reforzar la salud de nuestro cuerpo se logra a través de los alimentos y de la realización de ejercicio. De esta manera, se mantiene al organismo nutrido de vitaminas, minerales y proteínas, además de mantener en movimientos los músculos y articulaciones, colaborando con ellos en evitar su desgaste y pérdida de fuerza y elasticidad.
Entre las diferentes actividades físicas o disciplinas que ofrecen ejercicios para el cuidado de nuestra salud física, aparece el Pilates. Se trata de un método de entrenamiento físico y además mental que fue creado a fines del siglo XX por Joseph Hubertus Pilates, basado en conocimientos sobre yoga, traumatología y gimnasia.
Pilates para la columna y abdomen
En esta oportunidad, nos centraremos en Pilates pero en uno de los ejercicios considerados como básicos pero no menos importantes que el resto. Se trata de una excelente acción que podemos llevar a cabo para regenerar nuestra columna y abdomen y que los especialistas del rubro recomiendan: la Sierra.
La Sierra, explica la trainer de Pilates Laura Dotu Amor, pertenece a la serie clásica de Pilates Mat y es altamente recomendado como un ejercicio positivo para nuestra salud. Este ejercicio ayuda a fortalecer la zona de la cintura, alargando la columna, mejorando la estabilidad pélvica, fortaleciendo los erectores de la columna y el centro del abdomen.
Este ejercicio de Pilates es ideal para mejorar la postura cuando nos sentamos ya que colabora con la flexión y masa muscular de la cadera. Dotu Amor afirma que combina tren inferior, superior y core, por lo que es un ejercicio abdominal y estabilizador muy completo.
Cómo se hace
Hay que sentarse sobre los isquiones (huesos de la pelvis), con la espalda neutra, las piernas extendidas y abiertas un poco más de ancho de hombros.
Se deben extender los brazos en cruz (a las 10 y a las 2), con palmas hacia abajo, los hombros relajados y las escápulas activas. Las rodillas deben estar estiradas y los pies en flex.
Hay que inhalar al inicio pensando en crecer, buscando la máxima torsión sin que isquiones se levanten del suelo.
Al exhalar, se debe flexionar con espalda redondeada y proyectando la tapa de la cabeza hacia delante y el ombligo hacia adentro y arriba, siempre vaciando los pulmones.
Una mano busca el pie contrario y se sitúa en el tobillo como intentando serrarlo, mientras que el brazo contrario busca alargar hacia atrás, con el dedo meñique mirando hacia arriba.
Finalmente, se vuelve al inicio y se cambia la dirección de lo realizado anteriormente.