En el mundo moderno, la búsqueda de métodos naturales para fortalecer el sistema inmune y proteger el corazón ha llevado la atención hacia un enfoque ancestral: ciertos alimentos que ofrecen beneficios extraordinarios. Un ejemplo notable es el consumo de ajo, un ingrediente culinario y medicinal que ha sido aclamado a lo largo de la historia por sus propiedades antibacterianas y antivirales.
En general, el ajo fresco, el ajo en polvo y el aceite de ajo se usan para dar sabor a las comidas. Sin embargo, durante siglos, el ajo también ha sido considerado un potente alimento con numerosos beneficios para la salud. La National Library of Medicine (NLM) de los Estados Unidos ha reafirmado la posición de este producto como un superalimento en un reciente estudio científico.
Este informe destaca los "excelentes efectos de promoción de la salud y prevención de enfermedades comunes en humanos" que ofrece el ajo, abordando afecciones tan graves como el cáncer, trastornos cardiovasculares, diabetes y más. El estudio subraya las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y reductoras de lípidos del ajo, respaldadas por estudios clínicos in vivo e in vitro.
Entre los 83 ensayos de intervención en humanos considerados, se observa que el consumo de ajo modula múltiples biomarcadores de diferentes enfermedades.
Propiedades antioxidantes: Reduce especies reactivas de oxígeno, previniendo disfunción endotelial y aterosclerosis.
Efectos antiinflamatorios: Disminuye citocinas inflamatorias, reduciendo la inflamación en enfermedades crónicas.
Efectos hipolipemiantes: Regula niveles de colesterol y triglicéridos, beneficiando a pacientes hiperlipidémicos y diabéticos.
Potencial en la lucha contra el cáncer, proporcionando alivio sintomático.
Efectos preventivos en la formación de lesiones precancerosas y cáncer gástrico.
Suplementación asociada con la reducción de adenomas de colon y cáncer colorrectal.
Aunque los beneficios del ajo son innegables, es crucial no excederse en su consumo. Cantidades excesivas pueden llevar a efectos secundarios como mal olor corporal, aliento desagradable y molestias estomacales. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) aconsejan una ingesta moderada, resaltando su uso como condimento en lugar de un suplemento diario.
Este estudio, titulado "Beneficios potenciales del ajo para la salud según estudios de intervención humana: una breve descripción," destaca que el ajo, a través de sus múltiples actividades antioxidantes, antiinflamatorias y hipolipemiantes, contribuye a prevenir y tratar diversas condiciones de salud. La investigación concluye que el ajo se posiciona como un superalimento en la promoción de la salud humana.