Equilibrio ecológico en la Península Antártica está en un punto crítico, dice científico

Santiago de Chile (EFE).- Masivos buques de pesca industrial, a veces con banderas noruegas, rusas, surcoreanas, ucranianas o chinas, representan junto a la crisis climática las dos mayores amenazas que enfrenta la Antártica en el presente y, en particular, un pequeño crustáceo cuya biomasa se estima superior al de la humanidad entera: el kril, la base sobre la que se desarrolla toda la fauna de la zona más austral del planeta. 

"En la actualidad el equilibrio ecológico en la Península Antártica está en un punto crítico, haciendo de este espacio de uno de los lugares más frágiles del continente blanco", dijo a Efe el doctor Rodolfo Werner, biólogo marino argentino dedicado a la conservación y protección de estos espacios marinos, participando activamente en instancias como la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) a cargo de impulsar la creación de áreas marinas protegidas alrededor de la Antártica. 

Este viernes se celebra por segundo año consecutivo el Día Internacional del Kril, un recordatorio global que pone el foco una vez más en un territorio bello e inclemente, cuya inmensa diversidad se sostiene en torno a una pequeña especie que está sometida a la pesca industrial y al impacto del aumento en la temperatura a raíz del calentamiento global.  

"MENOS HIELO, MENOS ALGAS, MENOS KRIL" 

La Península Antártica es uno de los lugares del planeta que más se han calentado en las últimas tres décadas, explicó Werner a Efe. Se trata de un fenómeno paradojal, en tanto en la zona no se producen grandes cantidades de dióxido de carbono ni otros agentes contaminantes de efecto invernadero.  

"Esta región se ve altamente afectada. Esto lleva a una disminución del hielo marino -el agua de mar que se congela todos los años durante el invierno-, impactando la disponibilidad de algas unicelulares que viven adheridas al mismo y son la fuente de alimentación principal del kril. Menos hielo, menos algas, menos kril. Esto tiene su efecto consecuente sobre sus predadores, especialmente pingüinos durante la época de nidificación", subrayó el especialista. 

El panorama en cuanto a la acción directa del ser humano en la zona no es más alentador: datos oficiales de la CCRVMA indican que entre 2005 y 2020 se pasó de extraer 100,000 toneladas de kril a más de 400,000 por año, arrasando con esta especie que nada en inmensos cardúmenes disponibles para todo tipo de predadores.  

¿CÓMO MINIMIZAR EL EFECTO DE LA PESCA? 

Una de las dificultades que ha debido enfrentar la CCRVMA desde su creación en 1982 es establecer zonas de manejo adecuadas para regular, al menos, la creciente pesca industrial de kril. La idea, explicó Werner, es generar zonas de menor tamaño que las actuales que "permitan hacer un seguimiento a través de un monitoreo, identificando posibles impactos de la pesquería y adaptar las pautas de manejo de acuerdo a esos indicadores". 

"Cuando observamos el manejo actual de la pesquería de kril antártico, que es la mayor pesquería en el Océano Austral, es clave que lo hagamos de la manera correcta, porque todas las especies del área dependen del kril", enfatizó.  

Se trata en definitiva de articular acciones conjuntas para proteger no solo al kril, sino a pingüinos, otras aves marinas, ballenas, focas y peces, considerando además la necesaria creación de nuevas áreas marinas protegidas que consideren estas coordenadas en el fin del mundo.  

EL BLOQUEO CHINO-RUSO 

Una de las principales tareas de la CCRVMA es establecer áreas marinas protegidas, es decir, grandes parques nacionales en el mar donde se prohíba la explotación de recursos. En la actualidad existen tres propuestas que se discuten entre los 26 Estados miembros, además de la Unión Europea: la zona denominada Antártida Oriental, otra para el Mar de Weddell, y finalmente una tercera para la zona de la Península Antártica. 

Todas estas iniciativas, alertó Werner, han sido bloqueadas "sistemáticamente" en los últimos años por China y Rusia, lo que llevó a la organización de una reunión extraordinaria de la CCRVMA en Santiago de Chile durante junio pasado. El objetivo: destrabar un proceso que es urgente y "establecer una hoja de ruta para el establecimiento" de estas áreas marinas protegidas.  

"Desgraciadamente, nuevamente China y Rusia no permitieron avanzar y bloquearon el consenso respecto de la adopción de esta hoja de ruta. Esta reunión representó un momento de gran frustración para el resto de los miembros de la CCRVMA.  Este trabajo se reanudará en octubre, en Hobart, Tasmania durante la próxima reunión anual de esta convención", adelantó Werner.