CIUDAD DE MÉXICO, octubre 14 (EL UNIVERSAL).- Un reciente estudio científico ha puesto en duda una creencia popular: la idea de que ayunar o reducir drásticamente las calorías podría hacernos vivir más. Durante años, se ha repetido que la restricción calórica puede alargar la vida, basándose en estudios realizados en diversos animales. Sin embargo, este nuevo trabajo realizado en ratones genéticamente diversos sugiere que el tema es más complejo de lo que se creía y que factores como la genética y la capacidad de adaptación individual juegan un rol fundamental.
¿Qué revela el estudio sobre el ayuno?
El estudio, publicado en la revista Nature, se realizó en casi mil ratones hembra sometidos a diferentes tipos de dietas, incluyendo algunas con restricción calórica severa y otras con ayuno intermitente. Aunque se comprobó que reducir la ingesta calórica alargaba la vida de todos los roedores, los efectos sobre su salud y longevidad variaron significativamente según la genética de cada ratón y otros factores como la capacidad de mantener la grasa corporal.
El principal hallazgo fue que, aunque algunos ratones vivieron más al ser sometidos a una reducción del 40% en su dieta, esto no se debió necesariamente a una mejora en la salud metabólica o cardiovascular, como se pensaba. De hecho, los ratones que lograron mantener ciertos niveles de grasa y glucosa mostraron una mayor resistencia a los efectos del envejecimiento, lo que sorprendió a los investigadores.
La genética como factor clave
El estudio también reveló que la respuesta a la restricción calórica no es universal. No todos los ratones se beneficiaron de la misma manera de las dietas restrictivas, lo que refuerza la idea de que la genética tiene un papel crucial en cómo cada individuo reacciona a la reducción de calorías. En este sentido, los ratones que lograron conservar más grasa corporal durante el proceso de envejecimiento tendieron a vivir más, algo que contradice la creencia de que un bajo nivel de grasa siempre es mejor para la longevidad.
Aunque los resultados en ratones son alentadores, los autores del estudio se muestran cautelosos a la hora de extrapolarlos a los humanos. Hasta ahora, los estudios realizados en personas que practican ayuno intermitente o dietas restrictivas se han enfocado más en sus efectos sobre el metabolismo y la pérdida de peso, sin demostrar claramente un impacto directo en la longevidad.
Es posible que la restricción calórica tenga beneficios en términos de salud a corto plazo, como la mejora de los indicadores metabólicos o la reducción del riesgo de ciertas enfermedades. Sin embargo, los investigadores advierten que no existe evidencia suficiente para asegurar que estas dietas puedan prolongar la vida humana de forma significativa.