Donald Trump alguna vez celebró la publicación de material hackeado. "Rusia, si estás escuchando", dijo Trump durante una conferencia de prensa en su campaña presidencial de 2016, cuando los correos electrónicos eliminados de Hillary Clinton eran un tema relevante, "espero que puedan encontrar los 30.000 correos electrónicos que faltan".
"Creo que nuestra prensa los recompensará con creces", comentó en ese entonces.
Pero eso cambió cuando el actual equipo de campaña de Trump informó este fin de semana que había sido hackeado por Irán. "Cualquier medio de comunicación que publique documentos o comunicaciones internas está cumpliendo las órdenes de los enemigos de Estados Unidos y haciendo exactamente lo que ellos quieren", dijo Steven Cheung, director de comunicaciones de la campaña, en un comunicado emitido el sábado en el que anunció que habían sido hackeados.
El equipo de campaña de Trump no ha respondido a preguntas sobre por qué su punto de visto en torno a los ciberataques ha cambiado, incluida una consulta de The Associated Press realizada el lunes. Pero su nueva postura es un cambio significativo respecto a 2016, cuando Trump acogió el hackeo ruso a los colaboradores de Clinton y al Comité Nacional Demócrata.
Sin embargo, el hackeo actual, hasta ahora, es confuso.
El viernes, Microsoft emitió un reporte en el que señaló que hackers iraníes trataron de meterse a la cuenta de un funcionario de una de las campañas presidenciales, pero no dio a conocer más detalles. El sábado, el equipo de campaña de Trump anunció que había sido hackeado, aunque tampoco identificó la cuenta que había sido víctima del ciberataque. Lo hizo luego de que Politico informó que había sido contactado por una fuente desconocida que vendía lo que se presentaba como documentos internos de la campaña.
Irán ha negado haber participado en un hackeo. El gobierno estadounidense no ha confirmado que se haya producido ninguna filtración. El lunes, el FBI dijo en un comunicado que investigaría el asunto.
En 2016, funcionarios de inteligencia dijeron que hackers rusos habían obtenido miles de correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata, el Comité de Campaña Demócrata del Congreso y la cuenta personal del presidente de la campaña de Clinton, John Podesta. Los primeros lotes salieron a la luz en el verano, cuando Clinton obtuvo la nominación demócrata.
Fue entonces cuando Trump alentó a Rusia a encontrar los correos personales de su adversaria. Posteriormente dijo que estaba bromeando.
El material hackeado se difundió a través de terceros, incluido el sitio en línea WikiLeaks, que comenzó a publicar a diario conjuntos de documentos demócratas en octubre, poco después de que se divulgara un video en el que Trump se jactaba de haber agredido sexualmente a mujeres.
Trump alabó habitualmente las filtraciones de documentos demócratas en sus mítines de campaña, e incluso declaró en uno de ellos: "Me encanta WikiLeaks".
Los documentos filtrados recibieron una amplia cobertura informativa, y Kathleen Hall Jamieson, una profesora de comunicación de la Universidad de Pensilvania que escribió el libro "Cyberwar" sobre el hackeo de 2016, dijo que encontró que esa cobertura fue lo que ganó las elecciones para Trump.
El "2016 no fue un caso del que los periodistas deban estar orgullosos", dijo Jamieson en una entrevista el lunes, y agregó que la principal pregunta es cómo las organizaciones de noticias aplican sus estándares a cualquier material que se encuentre en el dominio público.
"Que Trump diga lo que le conviene electoralmente no es una sorpresa", dijo Jamieson. "No es una persona para la que la incoherencia sea una preocupación".