Redacción Ciencia, 14 oct (EFE).- Un estudio recogido este lunes en la revista Nature Human Behaviour sostiene que los olores se perciben más rápido de lo que se pensaba hasta ahora, con una sensibilidad temporal equiparable a la percepción del color.
Al inhalar, las sustancias químicas del aire entran en la nariz, creando el olor que se detecta, y son expulsadas al exhalar.
Los cambios químicos que se producen en una sola respiración o inhalación parecen combinarse en un solo olor, de ahí que el sentido del olfato humano se considerara hasta ahora un sentido lento.
Sin embargo, esta investigación, dirigida por científicos del Instituto de Psicología de la Academia China de Ciencias, constata que la percepción olfativa humana puede detectar cambios químicos muy sutiles entre los 3 y 5 segundos que dura una inhalación.
Para comprobarlo, los investigadores desarrollaron un dispositivo único que controla la emisión de olores con una precisión de 18 milisegundos, aproximadamente la duración de un fotograma en una pantalla normal (60 hercios).
Con este dispositivo, el equipo creó mezclas temporales de olores, presentando dos olores uno tras otro con retrasos medidos con precisión.
Realizaron cinco experimentos con 229 participantes para comprobar si podían distinguir estas mezclas.
Los investigadores descubrieron que cuando dos compuestos olorosos, A y B, se presentaban en diferentes órdenes (A antes de B y B antes de A), los participantes podían distinguir la diferencia cuando el retraso entre los compuestos era de solo 60 milisegundos, aproximadamente un tercio del tiempo que se tarda en parpadear.
La capacidad de los participantes para distinguir los olores mejoraba con retrasos más largos entre los compuestos y no dependía de conocer o no el orden correcto.
Podían distinguir A antes que B de B antes que A por el olor, aunque no pudieran identificar el orden.
Esa capacidad de distinción no se vio influida por factores como la intensidad del olor, lo agradable, lo picante o la cantidad total de moléculas odorantes en una inhalación.
"Estos resultados apoyan la existencia de un código temporal para la identidad de los olores, que funciona más rápido de lo que pensábamos", señalan los autores.