La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está trabajando en el diseño de satélites de menos tamaño para ubicar desastres naturales, los cuales serán puestos en órbita en los próximos dos o tres años. Alejandro Farah Simón, del Instituto de Astronomía (IA), habló durante la charla "Los satélites universitarios" sobre la tendencia en la reducción del tamaño de los satélites artificiales, en el ámbito de la carrera espacial, utilizadas investigaciones complejas.
De este modo la Universidad Nacional, en colaboración con otras instituciones, desarrolla el diseño de pequeños satélites de pequeña magnitud para obtener imágenes y procesarlas con la intención de determinar los puntos en que se originan incendios, deslaves y pérdida de vegetación, pues pese a que los experimentos que utilizan esta herramienta son contados, su uso es constante. El miembro y fundador de la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería (SAFIR) detalló que hasta el momento no ha sido posible el desarrollo de un satélite mexicano aunque se cuenta con la capacidad técnica, pues hay otros factores importantes para lograrlo, como es el caso de la integración de diferentes instituciones, del mismo modo que la necesidad del aporte económico: "De esta manera se podría diseñar, construir y poner en operación un artefacto de este tipo", detalló.
El experto de la máxima casa de estudios mencionó que desde hace varias décadas nuestro país optó por comprar satélites hechos por otras naciones y que alguien más los pusiera en órbita. "Esta no es una mala opción, de hecho es más rápida, pero con el paso del tiempo deja sin posibilidad al país de contar con la infraestructura necesaria", advirtió. El divulgador científico aprovechó para recordar la firma del acuerdo firmado entre México y Argentina para la creación de una agencia espacial latinoamericana y caribeña, colaboración que catalogó como necesaria "porque muchos de nuestros países estamos desarrollando tecnología espacial, subiéndonos al tren junto con Estados Unidos, Italia, la Unión Europea, India, China y Japón, por lo que, como latinoamericanos, este convenio permitirá un costo menor en algunos de nuestros propios desarrollos".
Farah Simón mencionó que el IA colabora con las universidades de California y de Arizona, así como con la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA), en el desarrollo de un telescopio robótico que se encuentra en San Pedro Mártir, lo que propició que la UNAM trabajara en proyectos de mayor trascendencia. Entre ellos se ubica el telescopio espacial Swift que ha servido para el estudio de explosiones de rayos gamma. El científico hizo referencia a la Luna como un objetivo crucial, y que la UNAM cuenta con la tecnología para minimizar los costos de volver al satélite natural de la Tierra desde hace dos décadas, pues la expedición de la superficie lunar genera energía a través de un componente denominado "Helio 3", el cual en un futuro podría ser "una fuente prácticamente inagotable de energía limpia, a diferencia de la nuclear o de aquella que se genera por medio de combustibles fósiles", puntualizó.