CIUDAD DE MÉXICO, 30 de enero (EL UNIVERSAL) - La misión Mars de la NASA, lanzada en 2020, comienza a dar resultados, ya que los técnicos de la agencia espacial han encontrado la evidencia que buscaban en las imágenes capturadas por el rover Perseverance. Estas imágenes muestran los sedimentos depositados por agua en el cráter Jerezo, confirmando que hubo flujo de agua en Marte hace 3 mil millones de años.
Se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que Marte haya albergado formas de vida microbianas, debido a que el cráter Jerezo, ubicado en el norte de Marte, contiene minerales ricos en agua y conserva arcillas y sedimentos, los cuales solo pueden formarse en presencia de agua.
Es importante destacar que los especialistas definen los sedimentos como partículas como arena, arcilla o limo que se depositan en el fondo de una masa de agua. Sin agua, no habría sedimentos en el cráter Jerezo.
Este descubrimiento no solo confirma la presencia pasada de agua en el cráter, sino que también indica que el agua fluía en la cuenca de Jerezo. De hecho, la NASA ha señalado que los sedimentos de agua se depositaron en dos períodos distintos, separados por dos períodos de erosión en el planeta.
La evidencia de erosión en la superficie marciana, al observar que el suelo no era completamente plano, ayudó a los expertos a realizar este descubrimiento. Los sedimentos en Marte presentan similitudes con los de la Tierra en términos de regularidad y horizontalidad, lo que respalda la idea de que Marte pudo haber sido un planeta cálido y húmedo en el pasado, en contraste con su estado actual frío y árido.
Este hallazgo fue posible gracias a las imágenes capturadas por el rover Perseverance entre mayo y diciembre de 2022. Las tecnologías utilizadas en el rover permitieron a los expertos obtener una visión detallada de las capas de roca en Jerezo. El rover disparó ondas de radar debajo de la superficie marciana en intervalos de 10 centímetros para determinar su forma.
"La existencia de sedimentos lacustres ya se sospechaba en estudios anteriores, pero esta investigación lo ha confirmado", afirmó un grupo de investigadores de la Universidad de California en colaboración con expertos de la Universidad de Noruega, quienes trabajan en conjunto con la NASA.
"Desde la órbita podemos observar una variedad de depósitos, pero no podemos afirmar con certeza si lo que vemos es su estado original o si es el resultado de una larga historia geológica", destacó el documento.