Si bien las quemaduras de la piel suelen aparecer por la exposición excesiva a los rayos solares, los moluscos contagiosos o verrugas virales son también infecciones dermatológicas muy frecuentes durante la temporada vacacional.
Se trata de un padecimiento contagioso y muy común porque está asociado al ambiente húmedo de las albercas, vestidores, baños públicos e incluso al contacto directo con diversos objetos -toallas o flotadores-, explicó el director general de la Clínica RacDerma, Rafael Arteaga Covarrubias.
Hasta tres de cada 100 personas llegan a presentar los moluscos, sobre todo niños y pacientes con piel atópica, lesiones o sistema inmunológico debilitado, apuntó en entrevista con Notimex.
“Éste es uno de los motivos más frecuentes de consulta después de que llegan de un periodo vacacional”, argumentó el médico militar, al señalar que en México se carece de un registro fiel del número de casos porque la mayoría son sub diagnosticados.
Ello, porque los pacientes suelen dirigirse con el médico general o hacen uso de los remedios caseros para contrarrestar los daños en la piel, cuando lo conveniente es asistir con un experto en la materia, acentuó el especialista recertificado ante el Consejo Mexicano de Dermatología.
Arteaga Covarrubias mencionó que este tipo de infecciones también se adquieren por andar descalzos sobre dichas superficies y, por consiguiente, las personas tienden a presentar los llamados “ojos de pescado” (verrugas virales plantares).
De acuerdo con la Fundación Mexicana para la Dermatología, las lesiones aparecen de 14 a 50 días posteriores al contacto con la superficie u objeto de contagio y suelen observarse pápulas de tres a seis milímetros, similares a uno o varios “granitos” del color de la piel o rosa.
En los niños se localizan en cualquier parte del cuerpo y en los adultos se observan en los genitales, ingles, muslos y abdomen bajo.
Para evitar el contagio, Arteaga Covarrubias recomendó evitar instalaciones que carezcan de condiciones higiénicas, bañarse antes y después de meterse a nadar en la alberca, lavarse las manos posterior a hacer uso de los baños y vestuarios y no compartir los objetos personales.
Añadió que es importante hidratarse la piel antes de entrar en contacto con el agua de la piscina, por ejemplo, pues de esta forma se crea un “biofilm” o capa untuosa que servirá como protección contra el molusco contagioso.