De acuerdo con ingenieros de Astrobotic, los problemas surgieron un par de horas después de que la nave despegara de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida.
Tras ser impulsada por el cohete Vulcan Centauro, Peregrin se dirigió al espacio profundo en la dirección que Astrobotic tenía trazada, sin embargo, fue cuestión de horas para que presentase una primera falla, pues perdió la propulsión suficiente para que la nave condujera con fuerza, por lo que comenzó a caerse "fuera de control".
Este problema produjo un sobreesfuerzo en los propulsores, causando que la nave trabajara con una intensidad mayor de la que está capacitada.
Fue entonces que los ingenieros de la empresa lograron estabilizar el ritmo de la nave, dirigiendo la luz del Sol a la parte en que Peregrin tiene instalados paneles solares que, al entrar en contacto con el Sol, se recargaron como una batería y siguieron generando la energía necesaria para que siguiera en marcha, aunque Astrobotic tuvo que reconocer que se trata de una solución temporal, destacando que es probable que la misión no llegue a la Luna.
A pesar de las adversidades, Astrobotic no pierde las esperanzas y seguirá trabajando, al menos, para que la misión se acerque lo más posible a su objetivo, pues de ese modo, podrán estudiar cuáles fueron las fallas más frecuentes durante el viaje y cuáles son las soluciones en las que se tiene que concentrar, por lo que, llegue o no llegue a la Luna, la empresa tratará de rescatar el rumbo de Peregrin hasta el último momento.
La compañía reconoció que la estabilidad de vuelo de Peregrin podría durar sólo 40 horas más, desde el momento en que dio a conocer el comunicado en adelante.
La NASA también se ha pronunciado, asegurando que es consciente de que un proyecto de tales magnitudes "conllevan un nivel de riesgo", sobre todo porque en él viajan prototipos creados por empresas que nunca han viajado a la Luna, como es el caso de Colmena que, para su realización contribuyeron alrededor de 250 estudiantes de la UNAM y el IPN, pero no sólo ellos, pues la agencia estadounidense invirtió más de 108 millones de dólares para financiar la fabricación de cinco cargas útiles, con otros equipos de investigación de todo el mundo, pues lucha a marchas forzadas para que Estados Unidos se convierta en el primer país en volver al satélite en esta nueva constante de "conquistar" el denominado "Nuevo Espacio".