CIUDAD DE MÉXICO, octubre 9 (EL UNIVERSAL).- El vínculo entre los perros y los humanos ha sido objeto de fascinación durante siglos. Una creencia popular que se ha transmitido de generación en generación es que los perros aúllan cuando sienten la muerte de una persona cercana.
Este comportamiento ha despertado múltiples interpretaciones, algunas arraigadas en el folklore, mientras que otras son analizadas desde una perspectiva científica, dando pie a la idea de que los perros podrían poseer un "sexto sentido" que les permite predecir la muerte.
En términos básicos, el aullido es una forma natural de comunicación en los perros, heredada de sus antepasados lobos. Los lobos aúllan para marcar territorio, localizar a otros miembros de la manada o alertar sobre un peligro. En los perros domésticos, aunque el contexto ha cambiado, el aullido sigue cumpliendo funciones similares, como llamar la atención o expresar angustia.
Muchos expertos coinciden en que los perros son sumamente sensibles a las emociones humanas. Eduarda Piamore, Técnica en psicología, educación y adiestramiento canino y felino, manifiesta que estos peludos tienen un sentido del olfato extremadamente desarrollado, capaz de detectar feromonas conocidas como necromonas, que se liberan cuando el cuerpo de una persona está próximo a morir. Estas señales químicas, que los humanos no podemos percibir, podrían ser las responsables de que los perros reaccionen ante una muerte inminente.
Por otro lado, el aullido también puede estar relacionado con el entorno. Las sirenas de ambulancias, un sonido muy agudo, a menudo provocan el aullido de los perros. Esto podría explicar por qué aúllan cuando ocurre un accidente o cuando alguien muere, ya que asocian ese sonido con situaciones de emergencia.
Asimismo, el aullido refleja la confusión o el estrés del animal ante una situación que no comprende completamente, pero que sabe que afecta profundamente a su entorno humano.
Aunque no hay evidencia científica que respalde la idea de que los perros predicen la muerte de forma sobrenatural, su agudo sentido del olfato y su capacidad para detectar cambios en el comportamiento humano podrían explicar por qué reaccionan ante la muerte. En lugar de un "sexto sentido", los perros probablemente utilizan su desarrollado olfato y sensibilidad emocional para percibir señales sutiles que nosotros no captamos.
De este modo, los perros no predicen la muerte de manera mágica, pero su impresionante capacidad sensorial y su cercanía emocional con los humanos les permiten reaccionar ante ciertos cambios en su entorno, que pueden incluir la proximidad de la muerte.