Redacción Ciencia, 11 abr (EFE).- Los plásticos termoestables de resina epoxi (ERT) son muy utilizados en la industria por sus propiedades, pero son casi imposibles de reciclar. Un equipo ha creado ahora una variante de este producto derivada de material vegetal renovable.
La investigación encabezada por la Universidad de Groninga (Holanda) y que publica Science supone un paso hacia la integración de ese tipo de plásticos en la economía circular y de los plásticos de base biológica.
Los ERT, un polímero muy apreciado por su gran durabilidad, estabilidad térmica y capacidad para mantener su forma, representan un porcentaje considerable de los plásticos usados, pero son casi imposibles de reciclar, no se prestan al tratamiento por fusión y suelen fabricarse a partir de bisfenol A de origen fósil, que plantea graves riesgos para la salud.
La nueva investigación ha desarrollado un plástico fuerte y resistente al calor, completamente derivado de material vegetal renovable, lignocelulosa (DGF/MBCA), que puede descomponerse fácilmente en metanol.
Se trata de un producto competitivo con los termoestables convencionales basados en combustibles fósiles, según resume la publicación.
En su estudio, el equipo también describen un innovador sistema para reciclar el termoestable DGF-MBCA. Aunque este es estable en una serie de disolventes, el material se despolimeriza completamente en metanol a temperaturas relativamente suaves, entre 60 y 70 grados.
Tras la degradación, los productos pueden convertirse de nuevo en materias primas monoméricas para regenerar el termoestable, lo que demuestra una vía para el reciclado en circuito cerrado.
Además, demuestran que los materiales incluidos en los compuestos DGF-MBCA, incluidas las fibras de vidrio, pueden recuperarse limpiamente mediante el protocolo de reciclaje.