¿Por qué los perros se parecen a sus dueños?

Según los expertos, las personas suelen elegir mascotas que les reflejan de algún modo

En la década de los noventa, una joven y su cocker spaniel Soccer acaparaban la atención en los concursos de parecidos en Nueva Jersey, Estados Unidos. Con sus orejas largas que combinaban perfectamente con su melena rubia y ondulada, ganaron múltiples premios, ejemplificando un fenómeno respaldado por la ciencia: los perros y sus dueños tienden a parecerse, tanto en apariencia como en personalidad.
Una reciente revisión de 15 estudios internacionales confirma que las similitudes entre humanos y sus mascotas son reales y se acentúan con el tiempo. Desde emparejar fotografías de perros y sus dueños con sorprendente precisión hasta deducir sus vínculos solo con ver los ojos de ambos, los estudios reflejan la conexión única entre estas dos especies.
Según los expertos, las personas suelen elegir perros que les reflejan de algún modo, ya sea conscientemente o no. Esto incluye características físicas, como mujeres con cabelleras similares a las orejas de sus perros, y rasgos de personalidad. De hecho, el estudio encontró que extroversión y neuroticismo son cualidades comunes entre perros y dueños.
Pero la relación va más allá de la selección inicial. A medida que envejecen juntos, dueños y mascotas regulan mutuamente sus emociones y refuerzan sus comportamientos, aprendiendo uno del otro.
Borbála Turcsán, investigadora en comportamiento canino, explica que un tercio de la personalidad de un perro es genética, mientras que los otros dos tercios dependen del entorno, influido en gran medida por el dueño. "Es similar al apego entre un niño y su madre", afirma, ya que los perros confían ciegamente en sus humanos como modelos de comportamiento.
La clave para una relación exitosa
El reto, es cómo tratar a los perros para que sean "la mejor versión de sí mismos". Esto implica no solo atender sus necesidades básicas, sino también fomentar su desarrollo emocional y social.
De este modo, el estudio no solo reafirma la conexión única entre humanos y perros, sino que nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras acciones moldean a las criaturas que tanto nos dan a cambio.