Redacción Ciencia, 28 oct (EFE).- Un equipo de investigadores ha realizado un ensayo clínico fase 2/3 que utiliza un avatar digital y que, a corto plazo, ayuda a reducir la angustia de las personas con psicosis que oyen voces.
El ensayo controlado aleatorio con 345 pacientes probó dos tipos de una nueva terapia denominada 'Avatar': a las dieciséis semanas, las dos fueron más eficaces que el tratamiento habitual a la hora de reducir el malestar de los pacientes y las dos disminuyeron la gravedad de las alucinaciones auditivas.
En cuanto a la frecuencia de las voces, solo una de las dos terapias avatar (la más avanzada) consiguió reducirla a las 28 semanas de tratamiento.
Los detalles del ensayo realizado por un equipo de investigadores británicos se han publicado este lunes en la revista Nature Medicine.
Los ensayos 2/3 permiten probar la eficacia de un tratamiento nuevo para una patología concreta y comparar los resultados con las terapias estándar.
Oír voces angustiosas es un síntoma de la psicosis que puede mermar la calidad de vida de una persona, pero los tratamientos convencionales, como la medicación y la terapia cognitivo-conductual, no siempre son eficaces.
En este estudio, dirigido por Philippa Garety, del King´s College de Londres, el equipo probó la eficacia de dos formas de terapia Avatar administradas junto con el tratamiento habitual en el Reino Unido para adultos con psicosis que oyen voces angustiosas.
La terapia tenía dos versiones, una breve (Avatar-Brief), en la que el avatar potenciaba la asertividad y la autoestima, y una ampliada (Avatar-Extended) y tuneada por el paciente, que incluía una serie de diálogos más personalizados basados en la historia vital de los participantes.
Descubrieron que los pacientes que recibieron la terapia extendida presentaron mejoras clínicamente significativas en los niveles de angustia y gravedad de la voz a las 16 semanas, pero no a las 28 semanas, y reducciones en la frecuencia de la voz tanto a las 16 semanas como a las 28 semanas, en comparación con los que sólo recibieron el tratamiento habitual.
Los que recibieron la terapia Avatar-Brief tuvieron una mayor tasa de finalización (82%) que los que recibieron AVATAR-Extended (58%).
Las dos terapias Avatar mejoraron el estado de ánimo y la ansiedad a las 16 semanas y lograron mejoras sostenidas en el bienestar y la recuperación.
En general, Avatar-Extended mostró una gama más amplia de efectos positivos y éstos tendieron a ser más fuertes y duraderos.
Los resultados sugieren que la terapia Avatar, combinada con el tratamiento estándar, puede conducir a mejoras en los síntomas relacionados con la voz entre las personas con psicosis que escuchan voces angustiosas.
La opinión de los expertos
El director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón español, Celso Arango, opinó que el estudio está muy bien realizado y con una muestra suficiente.
Sin embargo, el ensayo deja cuestiones sin resolver, como identificar qué pacientes se pueden beneficiar del tratamiento, "sobre todo porque tan solo un 58 % a los que se les asignó el tratamiento más personalizado acabaron el estudio", y saber mediante qué mecanismo logran disminuir el malestar.
Para Arango, es necesario realizar estudios de coste-eficacia para averiguar si estas intervenciones digitales son 'coste-eficientes' porque, si fuera así, podrían ser "una alternativa para un grupo de personas con trastornos psicóticos", explicó al Science Media Centre (SMC) España.
Alberto Ortiz Lobo, psiquiatra del Hospital de Día Carlos III-Hospital Universitario La Paz (Madrid), advirtió que el estudio "la investigación es que compara el añadir esta intervención al tratamiento habitual con no añadirla, pero no contra otro tipo de intervención o técnica concreta".
Además, "habría que plantearse quiénes se van a beneficiar de delimitar y externalizar esta experiencia específica y qué impacto puede tener en ellas a medio y largo plazo el ´personalizar´ las voces a través de un avatar", puntualizó al SMC España.
El psiquiatra y vicesecretario de la Junta de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, José García-Valdecasas, no cree que estos hallazgos vayan a tener relevancia clínica.