CIUDAD DE MÉXICO, agosto 29 (EL UNIVERSAL).- Los paseos son esenciales para el bienestar físico y emocional de los perros. Sin embargo, algunos dueños se enfrentan al problema de que su mascota se rehúsa a salir a la calle, lo que puede ser frustrante y preocupante.
Este comportamiento puede tener diversas causas, desde el miedo hasta problemas de salud y es importante abordarlo de manera efectiva y compasiva.
Según Marta Sarasúa, ATV y etóloga especializada en modificación de conducta, lo primero que debes hacer si tu perro no quiere salir es observar su comportamiento. ¿Se muestra ansioso o temeroso al acercarse a la puerta? ¿Intenta retroceder o se queda inmóvil? Identificar el motivo detrás de su negativa es clave para encontrar una solución. Miedo o ansiedad: El miedo en los perros es una emoción intensa que puede llevarlos a evitar situaciones que les resultan aterradoras, como salir a pasear.
Cachorro sin socialización: Los cachorros necesitan habituarse gradualmente al arnés, la correa y el entorno exterior. Un perro joven que no ha sido expuesto adecuadamente al mundo exterior puede asustarse al salir a la calle.
Experiencias traumáticas: Un perro que ha vivido una situación negativa, como un accidente o un ataque de otro animal, puede asociar la calle con esa experiencia y evitar salir.
Entorno inadecuado: Algunos perros se sienten incómodos en ciertas condiciones, como tormentas, petardos o desfiles ruidosos. Estos eventos pueden hacer que prefieran quedarse en casa.
Problemas con el material de paseo: Si un perro huye cuando ve la correa o el arnés, pero luego pasea con normalidad, el problema podría estar en el equipo. Muchos perros que no están acostumbrados a usar collar o arnés los encuentran incómodos. La solución es una introducción gradual al material, utilizando refuerzos positivos.
Problemas de salud: Un perro que repentinamente se muestra apático o rechaza salir a la calle podría estar sufriendo una enfermedad o dolencia. En este caso, es esencial acudir al veterinario para descartar cualquier problema de salud.
Cansancio o fatiga: Los perros muy jóvenes o ancianos pueden sentirse cansados después de una actividad física intensa y preferir descansar en lugar de salir a pasear.
Entorno poco estimulante: Si el paseo es siempre por las mismas calles o es muy corto, el perro podría aburrirse. Variar la ruta y darle la oportunidad de explorar nuevos lugares puede hacer que recupere el interés.
Ansiedad por separación: Algunos perros no quieren salir a pasear si no es con su dueño, debido a la ansiedad por separación. En estos casos, es fundamental tratar la ansiedad subyacente con la ayuda de un etólogo.
Si tu perro tiene miedo o ansiedad, lo mejor es abordarlo con paciencia y refuerzos positivos. Los expertos recomiendan la desensibilización gradual: empieza llevando a tu perro hacia la puerta y recompensa cada paso con golosinas o palabras de ánimo. No lo fuerces a salir, en su lugar, avanza poco a poco y permite que se acostumbre al entorno exterior.
Si sospechas que su negativa a salir está relacionada con algún problema de salud, es fundamental acudir al veterinario. Dolores articulares, problemas en las patas o enfermedades pueden hacer que los paseos sean incómodos para tu mascota.
Para aquellos perros que necesitan un empujón extra, prueba hacer los paseos más interesantes: cambia de rutas, lleva sus juguetes favoritos o incentívalos con golosinas. La clave es hacer que el paseo sea una experiencia positiva.
En caso de que el problema persista, un profesional del comportamiento canino puede ofrecer un enfoque más personalizado para ayudar a tu perro a superar sus miedos o inseguridades.