Manaus (Brasil), 8 jul (EFE).- Un equipo compuesto por científicos españoles y brasileños se encuentra entre los seis finalistas del premio XPrize Rainforest, una competición para monitorizar selvas tropicales que ofrece como recompensa 10 millones de dólares.
El proyecto Providence agrupa investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), el Instituto Mamirauá de Brasil y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) que trabajan desde hace 10 años en el desarrollo de una tecnología para vigilar y analizar la biodiversidad.
La propuesta del equipo Providence consiste en una caja sensorial que se despliega en la selva para conseguir registrar y procesar la información bioacústica y su gran efectividad les ha asegurado un puesto en las finales de XPrize Rainforest.
Con este dispositivo, los investigadores consiguieron monitorizar por primera vez en tiempo real toda la Reserva de Mamirauá, localizada en la Amazonia brasileña y que cuenta un área de más de 1 millón de hectáreas de bosques inundados amazónicos.
Para la competición de XPrize, el equipo Providence + ha llevado la tecnología a un nuevo horizonte al conseguir que los dispositivos sean instalados por drones y que también puedan tomar muestras de ADN electrónico, ofreciendo una visión más completa y precisa del estado de los ecosistemas.
Tomar el pulso a la naturaleza
Uno de los pilares de la tencología de Providence + se centra en el análisis de los sonidos de la naturaleza y, tras años de colaboración entre el Laboratorio de Bioacústica Aplicada de la UPC y el Instituto Mamirauá, el equipo cuenta con un vasto archivo sonoro con el que ya consiguen identificar de manera automática 160 especies.
Sin embargo, según afirma Emiliano Ramalho director técnico del Instituto Mamirauá y colíder de Providence +, "no se trata sólo de hacer inventario" de todas las especies que se encuentran en un ecosistema, sino que es posible "monitorizar la biodiversidad a través de especies que son clave".
Michel André, científico bioacústico y colíder de Providence + destaca que "de los cinco sentidos, la percepción acústica es el sentido que compartimos todos los seres vivos" y defiende que la metodología acústica permite "tomar el pulso de la naturaleza".
André describe que observando los sonidos de un hábitat, además de otros parámetros, son capaces de hacer un seguimiento objetivo de cómo el cambio climático afecta a la biodiversidad debido a que "si hay algo que perturba el hábitat, los sonidos cambian".
"Si una especie invasiva entra en el hábitat, el paisaje sonoro cambia. Si en la región hay tala de árboles o incendios, hay especies que se alejan e invaden el espacio de otros animales, compitiendo por la comida", relata André.
Según ambos científicos, el mayor logro del proyecto ha sido establecer "un protocolo de alerta frente a esos cambios, que son importantes para la selva" y gracias al cual se puede acelerar la toma de decisiones para hacer frente a los grandes retos derivados del cambio climático.