Recordar esa primera vez en que conociste alguien y el viaje que juntos emprendieron, refleja una sonrisa en el rostro y al mismo tiempo, momentos que parece que pudieran no quedar muy precisos o claros, pero que se avivan en una charla en la que se describe la admiración, el amor y el entusiasmo de dos personas que juntas, un día, decidieron abordar un vehículo e iniciar su travesía, rumbo al fin del mundo.
Son Gustavo Alonso Sánchez y Cynthia Gámez Velázquez, oriundos de San Luis Potosí capital, quienes hace casi 11 años partieron de la ciudad, en un vocho que fue obsequiado por la madre de Gus, con dirección hacia Ushuaia, en el extremo sur argentino, y que también se le conoce como el fin de mundo.
Esta hazaña se hace visible y presente en las fotografías que se encuentran plasmadas en los cuadros colgados en la pared y ubicados en la parte superior de la sala de su hogar, recordando a El Poderoso, el vocho que los llevó a través de miles de kilómetros en carretera hasta llegar al sitio anhelado.
¿Pero cómo fue que nació esta idea? Fue gracias a que, a tan solo a un mes de ser novios, en el 2012 se fueron de viaje a Cuba, donde realizaron un cortometraje sobre esa travesía. Se propusieron hacer lo mismo, pero hasta la Patagonia. Además de que buscaban llevar sus talleres de fotografía por los lugares donde iban pasando.
A través de esta idea surgió el nombre de "Nomadarte" que se compone de la palabra nómada y arte, la primera por la situación de que se iban a trasladar de un lado a otro y el segundo porque llevarían con sus talleres, arte en todo el mundo; página con la que se conoce a los creadores de contenido y también denominados influencers en las distintas redes sociales, Instagram, Facebook y la plataforma YouTube.
A partir de ese año, se planeó la aventura. De inicio, se propusieron ahorrar la mayor suma de dinero posible, al menos para los primeros meses del trayecto y buscar el auto indicado.
Eligieron un vocho, en el que nunca habían hecho un viaje largo y estaba prácticamente abandonado. Lo llevaron al mecánico y le dijeron que querían llegar en él hasta a la Patagonia. Ni ellos ni el mecánico, recordaron, dimensionaron la complejidad de travesía.
"Literalmente le dijimos: nos queremos ir hasta Argentina. Lo agarró. Nos dijo yo le doy una checada se lo quedó toda la tarde y ya después nos habló de que ya está listo, de hecho, ese mecánico fue el que dijo ya, llegaron por El Poderoso. Le puso el nombre."
LA OSADÍA
Pero este viaje que pretendían realizar en 14 meses, al final duró 4 años, compartió Cynthia, pues en su primer destino que era Puebla, se descompuso antes de llegar. Entre risas, contaron que el vocho recibió mano de casi todos los mecánicos de las distintas ciudades que iban pasando, y al mismo tiempo ellos tuvieron que aprender de mecánica, al menos lo más básico.
Ese fue su primer reto: reparar las fallas, no solo para ahorrar algo de dinero, sino que muchas veces tuvieron que echarlo a andar, cuando estaban en medio de la nada.
Pero eso no era lo único, la paciencia era fundamental en el viaje, pues además de los percances, tenían que conducir hasta doce horas, a apenas 60 kilómetros por hora, llevando sólo lo indispensable de ropa, calzado, comida, cubiertos y platos, la menor cantidad de peso posible para El Poderoso.
Durante el trayecto, acamparon y se alojaron en hostales porque su presupuesto era de sólo 25 mil pesos. También llevaban algunos dólares, pero tuvieron que generar algunos ingresos para no quedarse varados tras cruzar Centroamérica.
"Desde México hasta Costa Rica, solamente íbamos con ahorros, pero ahí se le acabó el dinero a Gus y empezamos a viajar con mi reserva, fue hasta que llegamos a Panamá que ya no teníamos nada, ahora, ya vivíamos al límite" expreso Cynthia.
Al llegar a este punto, reflexionó que su situación era similar a lo que pasan los migrantes que van a EUA "Y que te cuentan esta experiencia de que empiezas desde cero, es un sentimiento que, si no lo vives, no entiendes: llegar a un país donde no conoces a nadie, no sabes cómo moverte y dices qué hago, estudié, tengo una carrera, no sé qué hacer".
Hicieron de todo en Costa Rica y Panamá: desde hacer y ofrecer pulseras, vender cerveza en la playa, choco bananas en los autobuses, la hicieron de malabaristas en los semáforos, meseros, así como hacer encuestas políticas.
Pero el destino les tenía preparado algo mejor, después de varias semanas de estar en Panamá, una productora los contrató para hacer material de fotografía y video, lo que les ayudó a ahorrar, para arrancar la segunda etapa, después de pasar Centroamérica.
EL PODEROSO NAVEGA
El siguiente reto fue el gasto para cruzar su vehículo hacia Sudamérica, que debió hacerse en ferry, porque el Tapón de Darién, el macizo selvático en donde acaba la carretera Panamericana, se les interpuso. En aquel entonces, el traslado tenía un costo de cinco a seis mil dólares.
"Entonces lo que tienes que hacer es subir el carro al ferry, en ese tiempo no te dejan subir al ferry, no sabemos si ahorita, pero tú tenías que volar y fue pagar un precio considerado alto, para que el vochito, pudiera llegar hasta Colombia...Después al llegar a Cartagena vas a la aduana recoges tu carro tienes que esperar a que llegue, porque no llega como que, de un día para otro, por eso mucha gente se quedaba hasta Panamá" explicó Gus.
No faltaron los sustos: en Guatemala les rompieron el vidrio del carro, dentro de lo bueno, era que no tenían cosas de valor en el auto, mientras que, en Colombia, los intentaron asaltar con pistola, por fortuna salieron librados de los delincuentes. Aunque dijeron que en el camino fueron encontrándose a personas que les ayudaron desde cambiar una llanta, les brindaron un techo, incluso unas monedas.
EL VÍNCULO AMOROSO SE FORTALECIÓ
Y aunque buscaban compartir cada uno de los momentos que fueron pasando en su viaje, para subirlo en YouTube, reconocieron que no fue fácil, manifiesta Gustavo quien señaló que si bien, su personalidad es extrovertida y puede socializar rápidamente, a la hora de salir en cámara se cohibía, además de que por las dificultades que fueron atravesando, como fue el cansancio, se les complicó el poder documentar cada una de sus vivencias.
"Tú vas al canal de YouTube, hay videos desde que empezó el viaje, pero nos costó mucho trabajo entender esta parte, a pesar de que soy una persona que cotorrea mucho, frente a cámara, me costaba mucho trabajo, nosotros traíamos toda la idea del documental que la gente se llevará una experiencia, pero nos empezamos a dar cuenta, que claro que es relevante, pero que al final la gente le gusta más, saber lo que tú estás haciendo en el viaje"
En cada país que llegaban permanecían entre tres y seis meses, ya que el permiso que les daban era de 180 días, regularmente, en estos cuatros años relataron, que además se apoyaban en una app que se conoce como "couch surfing" que consiste en ofrecer al viajero un alojamiento gratis a cambio de aportar un valor adicional al anfitrión.
"De los cuatro años creo que tres años estuvimos viajando con gente que nos iba recibiendo gratis en sus casas". Dentro de lo bueno, era conocer personas de otro país, su cultura, la gastronomía, sus gustos, sin embargo, había días que el cansancio era mayor y no podían convivir lo suficiente.
La enseñanza para ellos no fue solo, el convivir durante años con la misma persona todos los días, y adaptarse a la forma de ser, las conductas y actitudes de cada uno, sino también a ver el mundo desde otra perspectiva, y comprobar que existen más personas buenas que malas, que en el camino fueron encontrando y que describieron como sus "ángeles" pues sin pedir nada a cambio les tendieron la mano.
"Cuatro años de viaje fortaleció nuestra relación, yo diría que si quieres descubrir si es el amor de tu vida, te vayas a lo mejor no cuatro años, pero un año. Porque son dos personas, que están en su momento más vulnerable, no conoces tus demonios, los dos, entonces tú sabes si aceptas esos demonios".
EN LA PUNTA DEL MUNDO
Del 7 de junio del 2013 que salieron de San Luis Potosí, finalmente en el mes de febrero de 2017 llegaron a Argentina, con un gesto de alegría, trataron de describir la emoción, que sintieron en aquel entonces, un sinfín de sentimientos difíciles de explicar pero que significaban el haber cumplido un logro.
"Cuando tú llegas allí hay un arco en Ushuaia, no sé, cómo que te da mucha emoción, pero te da también como sentimientos que son muchos años, entonces es como como el último pasito que dices aquí acabó todo, al final, también sabíamos que lo rico de ese viaje no era el final del viaje, pues todo lo que tenemos que hacer para llegar allá, pero ya también darle fin, es como cuando te gradúas, es decir, lo logré, terminé algo que me propuse después de años"
El entusiasmo con el que recuerdan ese momento se proyecta en su mirada, el júbilo, de sentir y rememorar lo que ellos traducen como "Aquí está mi título. Me desvelé, lloré, me frustré, pero aquí estoy entonces creo que es muy similar a eso, así que es un logro personal es una satisfacción muy chingona, decir lo hice; un día, hace cuatro años, estábamos echando una chela diciendo que ¿Por qué no nos íbamos a Argentina? Y hoy es una realidad, haber podido estar aquí. Entonces sí es una satisfacción y muchas emociones encontradas también"
UN TRABAJO FORMAL
Lo que nació como una aventura, se convirtió en un trabajo formal para ellos, pues además cuentan con una productora, en la que hacen contenido no solo sobre turismo, sino de otros aspectos, como promocionales de cursos en línea y comerciales, que les ayudaron a estabilizarse económicamente.
Juntos han recorrido toda América Latina y más de 23 países, ya que años después, se trasladaron a Alaska, gracias a que empezaron a trabajar con una marca de autopartes que los contactó, hicieron su propuesta y en esta ocasión fue mediante una combi a la que apodaron la "Mexicana" qué adaptaron con un cama y demás compartimentos, en los que se pudieran cubrir sus necesidades más básicas, lamentablemente, llegó la pandemia y tuvieron que volver a México.
Para Gus la clave de cumplir un sueño, como es viajar por el mundo, ya sea por medio de un vehículo o en un plan mochilero, no es necesariamente el dinero, valoró que esto no es un limitante, pues conoce de personas que hasta con once mil pesos han llegado hasta Alaska desde México.
La pregunta del millón es ¿cuánto dinero? "No te va a alcanzar, si llevas 100 mil pesos, no te va a alcanzar, si es un millón de pesos. ¡No te va a alcanzar!", sentenció Gus, que consideró que todo depende de las ganas de la persona de viajar aún y con la dificultad que le pudiera llevar la carencia de un presupuesto.
Actualmente están enfocados en proyectos de su productora, y comparten contenido a través de las redes sociales sobre su día a día. En noviembre del año pasado se casaron en San Luis, luego de que él, le propusiera matrimonio en Islandia en el 2022, el anillo no había sido entregado, hasta que fuera algo especial, en medio de un espectáculo de auroras boreales, Gustavo le propuso a Cynthia llegar al altar.
El escenario ideal para un amor cimentado en
los viajes.