El límite entre la vida y la muerte, son los ejes en que se desarrolla la obra del artista Alejandro Gómez de Tuddo, que será inaugurada mañana, en el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario, que festeja 10 años de fundación.
La obra reúne fotografía a blanco y negro e instalación.
“Kiv-Acacia”, es el nombre de la exposición en dónde el arte cobra poder a través de sus símbolos, según la postura del autor en entrevista con Pulso Diario de San Luis, es la primera ocasión que Alejandro Gómez de Tuddo exhibe su obra en la capital potosina.
En las fotografías, el artista propone una analogía entre los panteones y las ciudades.
Los símbolos se convierten en metáforas que tienen como destino el inconsciente del público, esto es un aspecto fundamental en la obra de Alejandro Gómez de Tuddo, quien ha llevado su obra a ferias de arte como la “Arco” en Madrid, la “Berliner Festspiele” en Alemania, o en la Delhi Photo Festival
en la India.
REGENERACIÓN
La obra, tiene que ver con la vida y la muerte desde el punto de vista de la regeneración: “la muerte y la vida si, pero no necesariamente como el fin del latir del corazón y el final de los signos vitales, sino desde un punto de vista de poder nacer en vida a otra dimensión personal”, dijo el fotógrafo.
PROYECTO
Las fotografías son parte de un proyecto que consta de dos partes: “KIV” y “Pantonecrópolis”, y fueron realizadas en panteones de diversas ciudades como el del Saucito en la capital potosina. La palabra “K” el autor la relaciona con “Koimetérion”, que en griego significa “dormitorio”.
El número es ascendente de acuerdo a la sede, que en esta ocasión es la cuarta. La serie “KIV” nació en Dublín, y es una visión sobre los cementerios, y en “Pantonecrópolis” son fotografías panorámicas de diversos cementerios en donde el autor pone en relación a las ciudades de los vivos y de los muertos para Alejandro Gómez de Tuddo ningún espacio es anónimo, y por ello la instalación “Acacia” es parte de esta muestra de arte contemporáneo, en donde habrá un ataúd con espejos en el interior para que el público se pueda reflejar. “Cualquier espacio aporta su voz al proyecto, de la misma manera que las imágenes de otros espacios”, agregó.
El artista parte de una lectura del espacio, en “Acacia” el ataúd contiene una estrella de cinco puntas, y atrás un retoño de árbol. Sobre el ataúd se encuentra una pala de oro y un mazo de plata, la idea es que el árbol crece. Pero el público, para llegar a esta parte de la instalación, tiene que cruzar un cementerio.