La mesa de diálogo “Alias vitas y los procesos fotográficos que liberan” se realizó en el Centro de Difusión Cultural Raúl Gamboa como parte de las actividades del 25N. El encuentro reunió a las fotógrafas Carla Izaguirre, María Santos y Mayela López, bajo la moderación de Ma. Eugenia Martínez, para analizar la exposición Alias vitas de Lourdes Almeida y dialogar sobre la fotografía como herramienta para abordar experiencias vinculadas con la violencia de género.
Durante la sesión del 26 de noviembre, las participantes plantearon que la obra de Almeida articula un linaje femenino marcado por la violencia y sus consecuencias. Destacaron que la exposición integra fotografías de archivo familiar, imágenes generadas por inteligencia artificial y piezas intervenidas con técnicas textiles, lo que permite explorar cómo se transmiten las experiencias de abuso entre generaciones y cómo se construyen nuevas lecturas desde la imagen.
Otro punto de análisis se centró en las piezas que más impacto generaron en el público y en las invitadas. Hablaron sobre las obras que muestran a la abuela, la madre y la propia artista, acompañadas de textos y elementos visuales que revelan episodios de violencia.
Señalaron también las piezas intervenidas con hilos rojos o con símbolos asociados a cargas emocionales, que evidencian la manera en que la artista recupera objetos familiares para examinar su historia y las tensiones que atravesaron las mujeres de su entorno.
Además, las fotógrafas relacionaron la exposición con sus propios procesos creativos. Explicaron que la fotografía funciona como un medio para enfrentar conflictos internos, reconocer patrones heredados y construir narrativas que no siempre encuentran salida a través del lenguaje verbal. Cada una expuso cómo sus proyectos han derivado en prácticas que les permiten identificar emociones, trabajar con archivos personales o incorporar técnicas como el collage para ampliar el sentido de sus imágenes.
Se subrayó que la mesa se insertó en un espacio que convoca a pensar la violencia de género desde la imagen y desde la experiencia personal. La conversación abrió un intercambio sobre la relevancia de la creación visual en procesos de denuncia, memoria y análisis social, y recuperó la intención central de la exposición: generar diálogos que examinen la persistencia de la violencia en las familias y las formas en que puede enfrentarse desde la práctica artística.