La participación de las mujeres artistas en la movilización feminista del pasado 8 de marzo no solo persiste como forma de protesta, también es una reafirmación de la autogestión como pilar de su quehacer creativo.
La artista María Carlock expuso durante la presentación del tercer Festival de Creadoras Visuales, que, San Luis Potosí es un estado donde la industrialización ha dejado en segundo plano el apoyo a la cultura, muchas creadoras han encontrado en las calles un espacio legítimo para alzar la voz y visibilizar las violencias que atraviesan a sus comunidades.
En la marcha reciente, ilustradoras y muralistas intervinieron el espacio público con imágenes y mensajes directos hacia la cultura institucional. Sus obras no buscan únicamente un reconocimiento artístico, sino dejar rastro de su presencia y lucha: “estamos pasando y aquí estamos”, comentó María. Esta iconoclasia responde a la falta de políticas públicas efectivas que respalden y financien su trabajo, así como a la denuncia de la impunidad que persiste en casos de violencia de género.
La colectividad es clave en este movimiento. Fuera de los espacios oficiales, las creadoras han construido redes independientes donde no solo comparten su arte, sino que también se protegen mutuamente ante la normalización de agresores dentro de las instituciones culturales. Esta resistencia se refleja en la diversidad de espacios en los que exponen, desde hogares hasta recintos que, aunque institucionales, no garantizan un respaldo real a su labor.
“Nosotras hemos expuesto en lugares independientes a la institución. Lo hacemos, a lo mejor, desde el peso que tiene que nos presten un recinto, pero realmente las que estamos allá afuera seguimos trabajando desde la autogestión”, mencionó María Carlock, subrayando la necesidad de sostener sus propias plataformas ante la falta de financiamiento.