Bolsa de caramelos rojos

11: 

El verso se quiebra en el punto más 

inesperado, ahí donde la vaina o una  sílaba ebria. Huellas de balas en el  muro, un zapato de mujer en el arroyo. 

El ritmo de la ciudad, el ruido. 

Trazo serpentinas en el aire, no sé, un enunciado verde: imito la voz de los 

cencerros.¿Qué te puedo decir del amor 

que tú no sepas? Hay muchas maneras 

de contar la historia. 

El policía buscaba pistas en el tejado rojo: 

un elfo, tres aluxes y un nido de cuchillos de hoja curva. Silencio. Alguien escribió 

en las paredes de una iglesia. Pero recuerdo un gato.