CANTAR LO QUE DUELE, NOMBRAR LO QUE IMPORTA: ELSA Y ELMAR

Su voz es una invitación a construir una sociedad más igualitaria, más consciente, más empática con los cuerpos que habita

Elsa y Elmar se presentó en concierto en la Plaza de Aranzazú, además previo al evento ofreció un conversatorio en el Centro Cultural universitario Caja Real en el que estuvo como moderador Jalil Cervantes.

En dicha charla se exploraron diversos aspectos de su carrera artística, su proceso creativo, su conexión con la música y el impacto de sus letras en el público. 

Durante el conversatorio con Elsa Carvajal, cantautora colombiana conocida artísticamente como Elsa y Elmar, compartió cómo su música nace de un lugar profundamente personal y emocional. 

Desde sus inicios, ha visto en la música una herramienta para gestionar su sensibilidad y para entenderse mejor a sí misma. Confesó con sinceridad que es súper sensible y tiene problemas de regulación emocional, esto al explicar cómo ha aprendido a identificar las señales físicas de la ansiedad y a canalizarlas en su arte: “A veces hasta dejo que se me salga el nervio y tiemblo… y ya después me dediqué a tener como palabras. Y ahí empiezo a querer las canciones”

Uno de los ejes del conversatorio fue cómo Elsa concibe el pop, no solo como un género musical, sino como una plataforma para ofrecer mensajes: “Mi sueño megalómano, ambicioso de loca, es que pueda haber un pop en español, femenino, hecho por una mujer… sumarle al concepto del pop, darle valor al mensaje, darles valor a las letras.”

Cuando se le preguntó sobre las emociones que decide reflejar en sus canciones y si alguna vez una de ellas le ha ayudado a entender algo que no sabía que sentía. Su respuesta fue clara: “Generalmente después entiendo… escribo tan loca y luego empiezo a decir ‘ups, estaba sintiendo esto’”

Elsa dejó ver que su proceso creativo no solo consiste en expresar lo que siente, sino también en descubrir lo que está sintiendo a través del acto mismo de escribir canciones

Su música se convierte así en un espejo emocional tanto para ella como para su audiencia.

Durante su presentación, Elsa compartió una de las canciones más íntimas y significativas de su repertorio reciente: Entre las piernas. Esta pieza, como explicó en el conversatorio, surgió casi sin darse cuenta como una forma de procesar los cambios emocionales y físicos que ha vivido al entrar en una nueva etapa de su vida. “La última que escribí fue Entre las piernas… y me di cuenta que estoy como entendiendo tener 30… y sí, me estaba duro, es la verdad”, dijo con total honestidad.

Pero más allá de su dimensión personal, Entre las piernas se ha convertido también en una declaración política. En su concierto, Elsa denunció que ha habido intentos por censurar la canción debido a su letra, que habla abiertamente de la menstruación. 

Para ella, hablar de menstruación no debería ser un acto de rebeldía, sino un ejercicio de derechos humanos. Poner el tema sobre la mesa implica reconocer que todas las personas que menstrúan tienen derecho a gestionar su menstruación de manera saludable y sin vergüenza.

Elsa se sumó así a una lucha por la dignificación menstrual: el derecho a tener acceso a productos de higiene como toallas sanitarias, tampones o copas menstruales; a información clara y accesible sobre salud sexual y reproductiva; y a servicios adecuados que garanticen que la menstruación no sea motivo de discriminación, ausencias escolares, o impedimentos laborales.

Al nombrar lo que aún incomoda, su voz se convierte en una herramienta de cambio, una invitación a construir una sociedad más igualitaria, más consciente, y más empática con los cuerpos que habita.