El Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López inició su 45ª edición con una programación que se extenderá hasta el 12 de octubre.
La cartelera reúne a compañías, directores y bailarines de Bélgica, Alemania, Corea, Argentina y México, quienes presentarán propuestas que reflejan distintas miradas de la danza contemporánea actual.
La programación de este domingo 5 de octubre está dedicada a públicos de todas las edades. A las 12:00 horas, en el Centro de Difusión Cultural Raúl Gamboa del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA), se presenta La historia de Pepe el libro que perdió las letras, las palabras, la memoria, de El Ángel del Espejo Danza-Teatro, dirigida por Francisco Danilo Olmedo Morán, una obra que combina movimiento y narrativa visual para niñas y niños. Más tarde, a las 20:00 horas, el Teatro de la Paz recibirá a Fóramen M con Índigo 3.0, dirigida por Marcos Rossi, acompañada de Danza que invita a la acción de El Puente Producciones, pieza ganadora del Premio PRAD 2025.
Durante los primeros días de la semana se presentarán agrupaciones nacionales. El lunes 6 de octubre, a las 18:00 horas, la Escuela Estatal de Danza del SEER, bajo la dirección de Juan Anselmo Rivera Santana, ofrecerá Remembranzas en el mismo recinto del IPBA. Por la noche, a las 20:00 horas, La Infinita Compañía, dirigida por Raúl Tamez, subirá al escenario con Alguna vez vi un colibrí, una obra que combina rigor técnico y sensibilidad interpretativa.
El festival comenzó el pasado 3 de octubre, cuando el público abarrotó el Teatro de la Paz para presenciar Void, de la compañía belga Última Vez, dirigida por el coreógrafo Wim Vandekeybus. La obra mezcló danza contemporánea y teatro físico, y mantuvo a los asistentes atentos a cada movimiento. Al finalizar, el público se puso de pie y ovacionó a los intérpretes, marcando un arranque vibrante para la nueva edición del encuentro.
El encuentro mantiene su vocación de acercar al público potosino una oferta diversa de estilos, técnicas y lenguajes escénicos, manteniéndose como punto de encuentro entre el arte escénico internacional y las propuestas nacionales. Su continuidad a lo largo de más de cuatro décadas lo ha consolidado como uno de los espacios más representativos de la danza en México, capaz de renovar su lenguaje sin perder su esencia.