El Centro Cultural Caja Real de San Luis Potosí fue el espacio donde La Bruja de Texcoco compartió su historia, su música y su manera de habitar el mundo.
Acompañada por Rafael Becerra como moderador, la charla ofrecida el pasado 17 de abril abordó temas como la búsqueda de identidad, la discriminación dentro de la industria musical y el proceso creativo que da vida a su proyecto artístico.
La Bruja de Texcoco recibió su nombre durante una presentación con músicos tradicionales, un curandero la miró y le dijo: “Tú eres una mujer. Mira tus manos. Una mujer. Tú eres una bruja”. Esa fue la primera vez que alguien se refirió a su feminidad sin insultarla. A partir de ahí, asumió ese nombre como un acto de afirmación: “Sí soy mujer, y no cualquier mujer, una bruja”.
En el conversatorio, relató sus inicios: formarse en la música académica y luego recorrer el país para aprender la música tradicional mexicana “viajando, no en la escuela”. Tocó en el metro, en fondas, en festivales. Se cruzó con comunidades muxes, con mujeres trans que trabajan en cachimbas y con quienes bailan en carnavales huastecos. Todo esto forma parte del tejido de su obra musical, donde se mezcla el huapango, la ópera, el violín clásico, el bajo quinto y el glitter.
“Mi proyecto tiene dos pilares muy importantes de mi identidad: mi identidad como mujer trans y mi identidad como mexicana. Luego me dicen: ‘¿por qué usas un huipil oaxaqueño si no eres muxe?’ Porque soy mexicana. ¿O qué, me pongo un kimono?”
Sobre el sentido político de su arte, fue clara: “Mi trinchera es el escenario”. No evade lo que ocurre en el entorno, pero eligió que su forma de lucha sea a través de la música y la visibilidad. “Antes sí estaba muy metida en el activismo y después me di cuenta que puedo escoger mis batallas”.
La Bruja de Texcoco se presentó en San Luis Potosí con un concierto en Plaza del Carmen el 16 de abril. Ahí, acompañada por músicos potosinos, compartió piezas de su repertorio donde cada nota y cada letra revelan su historia, su tránsito y su visión. Al día siguiente, habló con el público en Caja Real no como artista lejana, sino como alguien que ha viajado, que ha sido botarga, maestro, mariachi y siempre, sobre todo, músico.