Ciudad Juárez (México), 13 may (EFE).- La artista mexicoestadounidense Lizbeth de la Cruz Santana pintó un mural en la frontera entre la mexicana Ciudad Juárez y El Paso estadounidense con imágenes de 13 madres, veteranos y 'dreamers' que ya tenían una vida en Estados Unidos pero los deportaron de ese país.
Su obra, instalada en pilares y cimientos del puente internacional Santa Fe, del lado mexicano de la frontera, muestra el lado humano de la deportación, el asilo y lo que sucede con familias estadounidenses desarmadas por el sistema migratorio de Estados Unidos.
"Son 13 personas, diferentes perfiles, diferentes nacionalidades, es muy importante tomar en cuenta que en este punto de la frontera llegan personas de diferentes partes del mundo", indicó la muralista este lunes en una entrevista con EFE.
De la Cruz Santana es profesora de Estudios Chicanos en Baruch College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, investigadora del proyecto 'Humanizando la Deportación', y coordinadora de este proyecto 'Santa Fe' en Ciudad Juárez, además de directora de otros murales, como el de 'Playas de Tijuana', otra urbe fronteriza.
Dijo que el proyecto en Juárez incluye la documentación de las historias de estas 13 personas, por lo que el mural tiene códigos QR para que las personas que visiten este punto conozcan las historias en el sitio web de la artista.
Arte en medio de la crisis humanitaria
Aunque las detenciones en la frontera común han disminuido durante los primeros meses de este año, Estados Unidos reportó en 2023 un récord de más de 2,3 millones de arrestos de migrantes.
De la Cruz Santana comentó que México debe tener políticas más humanas para recibir a los deportados para que puedan integrarse más fácil a la sociedad porque sufren mucha discriminación.
Dijo que la principal audiencia de la obra son los mismos deportados, cuyas fotos se han plasmado, para que no sientan que se han olvidado sus historias, además de ser un mensaje para los Gobiernos, para que sean más humanos.
"Para mí, es muy importante no olvidarnos de las personas que han sufrido la deportación. Personas o familiares que se quedan atrás o que tienen que llevarse a sus hijos nacidos en Estados Unidos a otro país como México, recordar a la gente que este tema no se ha solucionado", remarcó.
Un ejemplo es Any García, quien nació en Jalisco, estado del occidente de México, desde donde su familia la llevó a Estados Unidos cuando tenía 4 años, pero las autoridades la deportaron 30 años después.
"Toda mi familia está en Estados Unidos, mi mamá, mis hermanas, el papá de los niños, aunque estemos juntos, pues nos faltan los del otro lado. En un mundo perfecto, queremos la manera de regresar, aunque no sea para vivir, pero sí para poder estar con nuestros seres queridos", contó Any.
La mujer comentó que la frontera separa a miles de familias, por lo que la idea de participar en este proyecto es visibilizar lo que viven los migrantes deportados por un sistema "muy inhumano".