CIUDAD DE MÉXICO, marzo 14 (EL UNIVERSAL).- Hace un mes, en México y muchas partes del mundo celebrábamos el Día del Amor y la Amistad, donde las parejas se demuestran su afecto regalando flores, peluches, libros y otros detalles, pero sólo en Japón, la celebración se extiende hasta un mes después en el tradicional Día Blanco.
El 14 de febrero las japonesas tienen la costumbre de regalar chocolates a los hombres que les gustan o con quienes quieren entablar lazos de amistad más profunda, pueden ser sus compañeros del colegio o trabajo, sus amigos, sus hermanos e incluso sus padres y en agradecimiento, un mes después, los hombres devuelven este gesto.
La celebración surgió en la década de los años 80, cuando la Asociación Nacional de la Industria de la Confitería de Japón lanzó una campaña para incitar a los varones a comprar dulces y en pocos años, esta campaña se volvió costumbre.
Es así como el 14 de marzo se convirtió en el día en que los chicos regalan chocolates, principalmente blancos, por eso se llama White Day o Día Blanco, en muestra de reciprocidad, incluso si la joven que regaló el dulce no les gusta, tienen la obligación de regresar el gesto.
Sabemos lo meticulosos que suelen ser los japoneses y esto no es la excepción, pues según el tipo de chocolate es el tipo de relación que se tiene con el destinatario y de hecho, entre más personalizado, mejor, porque se demuestra además el tiempo y la dedicación que se toman para sorprender a la pareja.
Existen los "girichoko" o chocolates de cortesía, que se regalan por lo general a los jefes o compañeros de trabajo, aunque sin un fin amoroso. Algunos consideran que estos regalos son más bien "obligados" para quedar bien con los hombres en su ámbito más cercano.
También están los "honmeichoko", que se dan a los esposos, novios o personas con las que se quiere entablar un emparejamiento. Se distinguen de los otros porque son más detallados y por lo general, las chicas compran los ingredientes para hacerlos ellas mismas.
En todo Japón, y principalmente en Tokio, los centros comerciales y las tiendas se inundan de una gama insólita de chocolates que pueden ir desde los más sencillos hasta los verdaderamente extravagantes y caros, todo depende del bolsillo de cada persona.
Se comercializan chocolates con forma de las esferas del dragón del anime Dragon Ball, con forma de autos o animales, e incluso marcas como Pocky, sacan ediciones especiales de sus galletas bajo los nombres de Giricky, Lovecky y Sukky.
Si bien es una celebración netamente nipona, en otras partes del mundo, principalmente en Asia, algunos jóvenes amantes de esta cultura tratan de replicar la peculiar celebración, sobre todo por la influencia del ánime y los doramas (series para televisión muy similar a las telenovelas mexicanas).