Dos dragones

Durante el vuelo soñó con un dragón, se despertó aún buscándolo, por unos minutos meditó su sueño, quizás se trataba de un dragón chino de la buena suerte, eso le provocó una seguridad interna, fue a buscar su maleta, la banda trasportadora ya arrastraba las maletas y los pasajeros esperaban atentos, ella temió que alguien tomara la suya por equivocación. Paso un buen rato y su maleta no aparecía. Con una angustia insoportable buscaba el pequeño dragón que vio en su sueño, buscaba un sentido mágico y la buena fortuna. Sus manos sudaban, sus movimientos eran rápidos como si con eso lograra que el tiempo pasara más rápido. Después de minutos insoportables se acercó un hombre con un traje impecable, la llamó por su nombre y la escoltó hacia una oficina, al entrar de inmediato reconoció su maleta sobre la mesa de metal, supo que “la suerte” estaba echada. Un dragón, que no era precisamente chino, estaba grabado en el mango de un cuchillo que el hombre usaba para cortar el forro interno de la maleta, luego brincó un polvo blanco y fino, la cara del hombre tenía una expresión de triunfo, ella todavía confundida no supo que decir, se sentía impotente y estúpida, no es fácil entender la mecánica de la suerte y distinguir las formas caprichosa de los dragones.