El arte que habla desde los márgenes

En una ciudad como San Luis Potosí, donde la tradición y el arte “culto” dominan la narrativa cultural, existe una contracultura que está encontrando su voz y su espacio: la escena underground. Desde las calles hasta las noches de música electrónica, este “bajo mundo” se vuelve cada vez más fuerte y necesario. Orlando Breck Acosta es diseñador de lentes y creador del proyecto BA Flow, el cual representa esta resistencia artística, una que rompe con estigmas, da visibilidad a lo marginado y confronta el clasismo que, aunque disfrazado, permea muchos espacios de la cultura local.

En su obra, Breck no solo ofrece accesorios, sino un discurso visual y emocional. Sus lentes no son piezas decorativas, son declaraciones de identidad, valentía y seguridad. Representan su propia historia de transformación: desde un joven que sufrió bullying en la secundaria hasta un diseñador que hoy crea para empoderar a otros.

Más que un Accesorio: 

Los Lentes como Escudo y Voz

BA Flow tiene raíces personales profundas, Breck relata cómo, en su juventud, usar lentes se convirtió en una forma de protegerse de las burlas y el rechazo por su orientación sexual y su forma de ser extrovertida. Para él, los lentes representaban una protección con la cual enfrentaba las miradas y los juicios de una sociedad conservadora.  

“Cuando yo usaba lentes o traía una gorra, me transformaba totalmente y dejaban de señalarme o decirme cosas. Me sentía protegido, como si eso fuera un escudo.”

Esta idea de los lentes como símbolo de seguridad se transforma en el eje central de su proyecto: cada pieza que crea no es solo un producto, es un mensaje de amor propio y resistencia. Los lentes, inspirados en la estética cyberpunk dosmilera, son una representación visual de libertad individual y de cómo lo “excéntrico” o “no convencional” puede ser hermoso y poderoso.

San Luis Potosí: La Escena Underground frente al 

clasismo disfrazado

La cultura underground en San Luis Potosí vive y respira en espacios como la vida nocturna, los colectivos artísticos y las tribus urbanas que se alejan de las normas tradicionales. Sin embargo, Orlando reconoce que estos movimientos enfrentan una barrera constante: el clasismo disfrazado.  

San Luis es una ciudad que, como muchas otras, tiende a valorar más lo “formal” y lo “elegante” como referentes de cultura, dejando de lado lo alternativo. Las manifestaciones artísticas provenientes de colectivos urbanos o del underground suelen ser vistas como “rebeldes” o “fuera de lugar”. Este prejuicio invisibiliza a diseñadores, músicos y artistas que construyen cultura desde los márgenes.  

“Actualmente veo que San Luis tiene ciertas reglas. Nosotros no las seguimos. Nos gusta ser únicos, rebeldes. Nos mueve la música, la vida nocturna, el mundo electrónico.”  

Acosta, sin embargo, convierte esto en una oportunidad para la ruptura. Sus lentes, al igual que su visión del arte, desafían las expectativas y obligan a la sociedad a ver más allá de lo convencional. A través de su trabajo, Orlando desdibuja las fronteras entre lo “culto” y lo “urbano”, mostrando que ambas facetas son esenciales para entender el panorama cultural contemporáneo.

Un lente para todos:

inclusividad y expansión

Una de las grandes aportaciones de Orlando es su visión inclusiva. Sus lentes son para todas las edades, todos los géneros y todas las tribus urbanas. En la exposición “Ruido de la Colonia”, por ejemplo, su público fue sorprendentemente diverso. Desde jóvenes con inclinaciones alternativas hasta adultos que encontraron en su obra una invitación a romper con las etiquetas sociales.  

“No hay límite para ser tú mismo. Mi intención es transmitir eso: que no importa la edad, el género o la apariencia. Puedes vestirte como quieras y expresarte sin miedo.”

Incluso, Orlando menciona planes futuros para expandir su proyecto hacia lentes funcionales (oftálmicos y para discapacidades visuales), mostrando que su propuesta no solo tiene una función estética, sino también una intención social inclusiva. Esta visión es un reflejo de su filosofía personal: el arte debe acercarse a las personas y crear puentes entre mundos que, a simple vista, parecen desconectados.

La Inspiración en el bajo 

mundo: música, moda y tribu

Acosta describe cómo su inspiración proviene de su vida diaria, en especial de la música y las subculturas urbanas. Desde los sonidos electrónicos hasta el hip hop, cada colección de lentes surge de un proceso emocional y libre.  

Su estilo, que él define como cyberpunk de los años 2000, toma referencias de las modas que marcaron su infancia y adolescencia. Los tonos eléctricos, las formas excéntricas y la influencia de tribus urbanas como los emos, skaters y raperos convergen en su obra, creando piezas que resuenan con quienes buscan algo más que simples accesorios.  

 “Me inspira la música y la vida alternativa. Yo crecí viendo a los emos, los ciber y los skaters. Mi estilo es una mezcla de todo eso.”

La vida nocturna de San Luis Potosí juega un papel crucial en esta inspiración. Los clubes, las fiestas y el movimiento electrónico son espacios donde Orlando conecta con otros artistas y con el público que abraza su visión. Estos ambientes, aunque marginados, son semilleros de creatividad y de resistencia cultural.

BA Flow: Rompiendo Barreras 

y Creando Comunidad

Este diseñador no solo crea lentes únicos, sino que también construye una comunidad. Su proyecto busca unir a personas de distintos contextos: desde colectivos artísticos hasta pandilleros, drag queens y músicos. Para él, el arte es una herramienta de inclusión, donde nadie debe quedarse fuera.  

“Soy una persona que dice: tengo que incluir a todos. Nadie se queda afuera. Todos tienen un lugar en este mundo.”  

Este enfoque comunitario se refleja también en su trabajo colaborativo con otros artistas. En proyectos como “Ruido de la Colonia”, Orlando retó a otros creativos a explorar nuevos estilos y técnicas, logrando así que la exposición no solo fuera una muestra de piezas, sino un ejercicio de conexión y crecimiento colectivo.

Un emblema de autenticidad

Cuando se le pregunta qué lo diferencia como diseñador, Breck responde con firmeza: su capacidad para llevar sus emociones al arte sin miedo. A diferencia de otros artistas que pueden quedarse a medio camino, él se lanza con todo lo que siente y desea expresar.  

 “Yo no tengo miedo. Si lo siento, lo hago. Mi emblema es no detenerme nunca.”

La cultura que necesitamos ver

La historia de Orlando y BA Flow es un testimonio del poder del arte underground para transformar espacios y romper barreras. Sus lentes no solo embellecen, también cuestionan, incomodan y liberan. Son una invitación a mirar de frente una cultura que muchos prefieren ignorar, pero que es esencial para entender la verdadera diversidad y riqueza de San Luis Potosí.  

Su obra recuerda que el arte no debe tener límites y que la cultura no solo vive en los museos o teatros, sino también en las calles, en los clubes y en las voces de quienes, como él, deciden expresarse sin miedo.  

“No tengas miedo de expandirte y de ver más allá de lo que te enseñaron. El mundo es para todos, y el arte también.”