Cuando la suela de lámina metálica del huarache de cuero golpea el suelo, se sincroniza con el sonido del violín y el tambor, creando un ritmo uniforme que envuelve la danza y resuena en el corazón de quienes la presencian. Así se vive la danza chichimeca del Barrio del Saucito: una fusión de tradición, música y pasión que late al unísono de la comunidad.
Ángel Segura, presidente del Festival Nacional de Danza Tradicional Saucito Primer Viento, describe la evolución del evento a lo largo de seis años, resaltando su propósito de preservar y difundir las expresiones dancísticas tradicionales, en especial la danza chichimeca y el uso del violín, cuya presencia ha sido desplazada por teclados en algunas regiones.
Para fortalecer estas costumbres, la edición del pasado 16 de febrero no solo celebró su encuentro anual, sino que también sumó una semana cultural y un encuentro regional de violinistas como antesala a la gran festividad.
FESTIVAL NACIONAL DE DANZA TRADICIONAL
SAUCITO PRIMER VIENTO
Este esfuerzo nació del corazón del barrio y se mantiene gracias a su gente. Sin financiamiento gubernamental, se sostiene con el respaldo de la comunidad. “Nuestro evento es un evento cien por ciento comunitario, que nace del barrio, para el barrio, y no tenemos ayuda gubernamental de ninguna dependencia.”
El impacto del festival en la comunidad fortalece su identidad y genera actividad económica para danzantes y comercios locales. “Todo lo cubre los mismos vecinos, los negocios, los familiares, los amigos que tenemos dentro de la comunidad, entonces pues nos sentimos muy orgullosos de eso” mencionó Ángel.
Con el tiempo, la celebración ha atraído agrupaciones de distintos estados, consolidando su importancia a nivel nacional. Sin embargo, la exigencia física del recorrido ha representado un desafío para algunos participantes. “Desde el inicio hay grupos que se han mantenido. El primer año nos acompañó un grupo de Laredo, Tamaulipas, pero cuando vieron el recorrido tan pesado que era, llegaron bien cansados y sí me dijeron: no volvemos a regresar, esto no es para nosotros.” Dejando claro que para estas danzas y ritmos es necesario un don, así lo mencionó Segura.
UNIÓN DE CULTURAS
INDÍGENAS Y LA INFLUENCIA ESPAÑOLA
Uno de los aspectos más relevantes del evento es la distinción entre las danzas prehispánicas y las tradicionales. Segura aclara que las expresiones actuales son el resultado de la fusión entre culturas indígenas y la influencia española. “En la actualidad ya no existen las danzas prehispánicas. Ahorita lo que tenemos son danzas mestizas, que viene siendo lo que son las danzas tradicionales.” Mientras que las prehispánicas surgían como rituales sagrados y estaban reservadas para ciertos sectores de la sociedad, las tradicionales han evolucionado, adoptando nuevos instrumentos, vestimenta y significados.
La celebración, también busca descentralizar la cultura en San Luis Potosí, llevándola a los barrios y alejándola del dominio exclusivo del Centro Histórico.
ENCUENTRO
DE VIOLINISTAS
Entre las actividades más destacadas estuvo el encuentro de violinistas, cuyo impacto trascendió las fronteras del estado. “Para nosotros era el evento más importante. Sí tuvo una respuesta muy positiva y siento que tuvo un alcance y que hizo mucho ruido y eco en otros estados.” Además, se promovieron talleres y conferencias sobre instrumentos tradicionales y artesanías, resaltando la importancia de la enseñanza oral y la práctica empírica.
SÍMBOLO DE IDENTIDAD
Más que una celebración, la danza es un símbolo de identidad y unión para el barrio, trascendiendo lo religioso para convertirse en una manifestación cultural vibrante. “Para ellos es un orgullo decir ‘yo soy del Saucito’, porque se sienten orgullosos de este tipo de eventos.” Para Ángel, su conexión con esta expresión comenzó a mudarse al Saucito, cuando quedó cautivado por la energía y devoción de los danzantes. “Yo me enamoré totalmente de la danza.” Hoy, considera que una festividad sin ella pierde su esencia y que el reconocimiento del Saucito por su riqueza cultural es motivo de gran orgullo. “Es un orgullo ser parte de esto, ser parte de estas tradiciones y costumbres.”