CIUDAD DE MÉXICO (EFE).- Solo ha pasado una década desde que la escena "vogue" llegó a México, pero la popularidad de este particular baile se ha esparcido para unir los lazos de fraternidad dentro de la comunidad LGBT.
Con imponentes poses sobre una pasarela, pasos de baile agitados y caídas de espalda repentinas, los bailarines de "vogue" desafían los estereotipos, ponen un alto a los prejuicios y explotan al máximo la feminidad del cuerpo humano.
Este baile se practica en los llamados "ballroom", fiestas en las que los concursantes compiten encima de un escenario, ante un presentador que introduce el espectáculo y un equipo de jueces que valoran las actuaciones.
Arturo Leija, exponente de esta disciplina y organizador de un "ballroom" en el centro de la capital mexicana, cuenta a Efe que los practicantes de "vogue" conforman grupos llamados "casas", que están encabezados por un líder al que llaman "padre" o "madre" y que sirven para darse apoyo moral e incluso económico.
"Una casa es un conjunto de personas, me gustaría decirlo amigos, pero más allá es como familia que tú eliges, gente con la que tú conectas", relata este joven de 24 años cuya casa, "The Royal House of Milan", ha patrocinado el viaje de algunos de sus concursantes al extranjero.
La influencia que estas casas tienen sobre la expansión del "vogue" se nota en el número de participantes que compiten en un evento, los cuales se enfrentan a miembros de otras casas para demostrar quién tiene el rostro más bello, el mejor vestuario, el cuerpo más musculoso y los pasos de baile más desafiantes, entre muchas otras categorías.
Según Arturo, el "vogue" está viviendo una expansión gracias a artistas y programas de televisión que han difundido su cultura en los últimos años, a pesar de que el estilo de baile se popularizó en la década de 1980 en las barriadas más pobres de Nueva York.
"Ya evolucionó muchísimo. Ya hay muchas escenas, ya trajeron maestros internacionales, ya hay muchísima gente que no pertenece a ninguna casa y viene a bailar. Hay mucha gente enseñando, tanto el estilo como la cultura", celebra Leija.
En México, ya no solo se concentra el "vogue" en la capital, sino que su escena ha aterrizado en importantes ciudades como Guadalajara, en el estado de Jalisco; Mérida, en Yucatán; Morelia, en Michoacán, y León, en Guanajuato.
Otro bailarín que ha visto evolucionar el fenómeno es Anuar Alvarado, mejor conocido como "Any Funk", uno de los pioneros que trajo este estilo a México desde Nueva York, donde lo descubrió.
Alvarado, quien formó parte del jurado en este evento, fundó una de las primeras casas en México, "House of Machos", hace más de cinco años, cuando todavía no existía la escena "vogue" o las competencias de "ballrooms".
"A todos nos unía algo en común, y no nada más el tema LGTB, también vivía con nosotros gente heterosexual, mujeres, hombres. Literal, mi casa era un albergue", explica Alvarado, quien ofreció hospedaje a los miembros de la casa.
En sus comienzos solo había un puñado de casas, mientras que hoy en día existen alrededor de 20 en todo el país, cuenta.
Fue en Estados Unidos donde Alvarado vivió la escena "vogue" original, la cual todavía era exclusiva de afroamericanos y latinos pertenecientes al colectivo LGTB.
"Esto lo empecé a aprender y lo empecé a estudiar más al momento de dar clases, específicamente a menores de 13 y 15 años", comenta.
Además de esparcir los conocimientos del "vogue" a estudiantes de todas las edades, el maestro de 30 años también participa en foros y seminarios universitarios sobre la diversidad.
"Esto me dio como una misión más que es como ir a hablar a las universidades, dando entrevistas, dando conferencias hablando de la diversidad con gente totalmente diferente", relata.
En estos foros, Anuar, quien se declara homosexual, participa junto con mujeres transexuales, 'drag queens' y psicólogos.
"Esto (el "vogue") al menos en México me llevó a hacer otra cosa como activismo; yo solo quería bailar", concluye.
Pese a que la escena ha evolucionado y su popularidad es más grande ahora que nunca, esta sigue cumpliendo con su objetivo original: ofrecer un espacio seguro para aquellos que quieran ser ellos mismos... o alguien más.
Bryan Cárdenas o "Zebra" lleva años bailando "vogue", y en este "ballroom" de música tecno y luces de neón, el estudiante de comunicaciones se llevó el premio mayor.
"Siento que se popularizó y poco a poco va a moldear los ideales de la gente, los estereotipos ... como que va a repercutir en los ideales de la gente sobre la danza, la diversidad, el arte", señala.
Cárdenas, cuya casa cuenta con 20 integrantes bajo su liderazgo, comenta que el "vogue" lo ha "liberado": "Me ha empoderado, me ha ayudado a ser una persona más segura me ha acogido, también encuentro un espacio en donde me puedo expresar libremente".