Especial | Los niños difuntos

Hoy se les recuerda colocando altares con ofrendas en su honor

La Iglesia Católica recuerda este día a los hombres y mujeres que fueron inscritos en el Santoral Martirologio y, también, a los que han dado en el mundo ejemplo de santidad y por ello no han sido canonizados ni se les ha otorgado la celebración o memoria anual.

INTERCESIÓN

En este día especial, se solicita a todos los santos alcanzar por su intercesión, las gracias que nos hacen falta para vivir y animarnos a la alimentación de sus virtudes con la esperanza de alcanzar la gloria.

El Catecismo de la Iglesia Católica dice: "De la Iglesia aprende el ejemplo de la santidad, reconoce en la Bienaventurada Virgen María la figura y la fuente de esa santidad la discierne en el testimonio auténtico de los que la viven; la descubren en la tradición espiritual y en la larga historia de los santos que les han precedido y que la liturgia celebra a lo largo del santoral.

SENTIDO MEXICANO

En nuestro país, además de celebrar la fiesta de Todos los Santos que tuvieron una vida ejemplar, también es la de los Niños Difuntos.

Por eso se acostumbra a colocar altares en su honor en las casas o en la lápida a los pies de su tumba; en la que se colocan juguetes como carritos, muñecas, globos de colores y dulces.

En el México contemporáneo tenemos un sentimiento especial ante el fenómeno natural que es la muerte y el dolor que nos produce.

REFLEJO DE VIDA

La muerte es como un espejo que refleja la forma en que hemos vivido nuestro arrepentimiento.

Cuando la muerte llega, nos ilumina la vida.

Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco la tuvo la vida, "dime como mueres y te diré como eres".

CREENCIAS

La creencia de la muerte es el fin inevitable de un proceso natural e irreversible.

Lo vemos todos los días.

Las flores nacen y después mueren en forma natural.

Nosotros nacemos, crecemos, nos reproducimos en nuestros hijos, después nos hacemos viejos y morimos.

A menudo es un accidente perdernos; perdemos a nuestros seres queridos, amigos a un hijo o un hermano.

Es un hecho que la muerte existe, pero nadie piensa en su propia muerte, más bien, sólo en vivir.

En las culturas contemporáneas la muerte es una palabra que no se pronuncia frecuentemente.

FE RELIGIOSA

Los mexicanos tampoco pensamos en nuestra propia muerte, pero no le tenemos miedo porque la fe religiosa nos da la fuerza para reconocerla y porque quizás, porque también somos un poco indiferentes a la vida.