Seis décadas bailando la historia: el Ballet Provincial de SLP

El Ballet Provincial de San Luis Potosí sigue bailando la historia de Lila López

Cuando el pasado y el presente se encuentran sobre el escenario: la obra de Lila López sigue viva en las nuevas generaciones de bailarines

Entre el humo y las luces, los integrantes del Ballet Provincial de San Luis Potosí se mueven por el escenario como si recordaran una memoria impregnada en el espacio: la esencia de Lila López.

En 1964, Lila López -maestra, coreógrafa y bailarina- cambió la historia de la danza en SLP. Fundó el Ballet provincial de SL y con él, una escuela de disciplina y amor por el arte. También creó el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López, que en este 2025, celebró su edición 45. A seis décadas de su fundación, su legado sigue vivo y los bailarines siguen contando su historia.

Testigos de ello, son la maestra Carmen Alvarado Moreno, estudiante de Lila López y actual directora del Ballet Provincial. Y Cruz Alberto Zúñiga, miembro de la primera generación. Ambos, son esenciales en la función "Ballet Provincial, el legado que se sigue bailando" que se presentó en el Centro de Difusión Cultural Raúl Gamboa del Instituto Potosino de las Bellas Artes.

"Nuestra única ilusión, tanto del maestro como mía, es que, si ella nos ve, desde donde quiera que ella esté, se sienta orgullosa del trabajo que podemos presentar, porque ella así nos lo enseñó. Así nos formó el criterio para seguir haciendo lo que ella inició", comentó Carmen Alvarado Moreno, con la emoción de quien ha dedicado su vida a preservar esa herencia.

Por su parte, Cruz Alberto Zúñiga recordó los inicios de la compañía y la importancia de la continuidad entre generaciones "Cada uno son diferentes, diferentes etapas. Cuando yo estuve, desfilaba todo mundo y yo me quedaba, pero cada uno tiene su esencia y todo esto es como un engrane, un engrane de reloj que si uno falla, ya falló todo, cada quien debe poner su toque para que todo salga adelante y las nuevas generaciones vienen muy bien"

Dieciséis bailarines recorren el escenario. Se dispersan, se buscan, y se reúnen, marcando la premisa de lo que se verá en la función: la dualidad; el caos dentro del orden, el trabajo colaborativo frente a la soledad. Claudia Nayeli Olvera, coreógrafa de la obra, explica que la danza, al ser movimiento, se convierte en un lenguaje universal y que, al combinarse con la luz, música, vestuario y coreografía, cada uno de estos elementos se vuelve fundamental para transmitir emociones y mensajes al público.

Los elementos guían al espectador. La música serena, el vestuario blanco que transmite paz, y los movimientos que evocan la respiración buscan generar tranquilidad. Al centro, una bailarina; a su alrededor, sus compañeros danzan en pareja, conectando y encajando.

Conforme aumenta el ritmo, el color rojo comienza a dominar, anunciando la llegada del caos. Los movimientos se vuelven más bruscos y las sombras que rodean a los bailarines parecen acecharlos. Pero antes de que el desorden se apodere del escenario, una luz azul aparece, creando un contraste y devolviendo la calma.

Los bailarines no repiten: reviven. Se apoyan en los conocimientos de su escuela, en la técnica y en la disciplina para canalizar sus emociones, y dar vida a la herencia. Por un momento, el cuerpo deja de ser suyo y se vuelve en un canal para continuar con el mensaje. Las nuevas generaciones interpretan ese legado y lo transforman según su propia realidad.

Claudia Olvera, coreógrafa contemporánea, explicó cómo retoma las obras y las hace propias "La maestra Lila tiene una obra que se llama sinfonía con Johann Strauss Y recuperé esa música, pero la hice una versión muy distinta, que digamos, sé que tiene una conexión y esa conexión soy yo por lo que viví de pequeña, más lo interpreto totalmente diferente porque soy otra persona, he crecido... uno como artista tiene esa necesidad creativa de seguir, pero sin desconectarme de mis orígenes"

Entre las muchas obras de Lila López, "Rebozos" es una de las más emblemáticas. Fue la primera pieza que creó al llegar a San Luis Potosí, inspirada en los rebozos de Santa María del Río. Cada vez que los rebozos giran en escena, el aire se llena de historia conmueve al público, reforzando el sentir nacionalista. El amor hacia México es evidente en sus coreografías, que combinan lo tradicional con lo contemporáneo.

Para los bailarines actuales, interpretar estas obras es formar parte de su propia historia y conectar con la herencia de Lila López. "Lo que tiene el ballet provincial es que, las obras de Lila López tiene 60 años mínimo. Más allá de una cuestión histórica, también tienen una carga muy importante en el origen de la danza en SLP. Son obras que son una reliquia para nosotros en la danza y todo el repertorio, lila López tiene un repertorio muy extenso de coreografías y esas coreografías nosotros las aprendemos desde muy pequeñas y las bailamos durante nuestro proceso de cómo vamos creciendo como personas y artistas" expresó Claudia Olvera.

El Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López se vuelve un espacio donde el pasado, el presente y el mundo entero se encuentran. En San Luis Potosí, Lila López sigue bailando -en los gestos, en los músculos y en la memoria de cada cuerpo que toca el escenario-, recordándonos que la danza no solo se mantiene vigente, sino que evoluciona con cada nueva generación que abraza su legado.