La historia de Tayra

18:

Reconstruye la ciudad a punta de alfileres, 

con el debido cuidado de no clavar abejas en los muros. 

No puede faltar un policía que se distrae con un vendedor de zanahorias 

y un merolico vende frases esotéricas a peso. 

No te sientas culpable si pierdes una pieza de madera o la ventana 

de algún ático. 

Hay quien piensa necesario poner flores y tres gatos, 

uno en el tejado. 

Es usual colocar los libros de sintaxis en el tacho. 

La ciudad cambia de posición cada mañana.

Hipodamo de Mileto estaba equivocado:

los minaretes retoñan, las calles reverdecen, 

jardines, ortigas, floripondios; las iglesias prescindibles, 

esculturas de latón o bronce, palacetes. 

Además de los perros son importantes los faroles y los baches. 

Pero debes de considerar que todos escuchamos 

la trompeta y el badajo, vivimos en la eterna ciudad 

de los derrumbes, 

así que, sin duda, nunca tendrás los suficientes, 

nunca te alcanzarán los alfileres.