Madrid, 30 abr (EFE).- La historietista y cineasta iraní Marjane Satrapi, recién galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2024 en España, afirmó este lunes que le daría un "bofetón" a Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, por no reconocer que Irán es un "Estado terrorista".
Satrapi no es "dulce" pero es "empática", reconoció hoy durante una rueda de prensa virtual organizada por la editorial Reservoir Books -la encargada de publicar en España su aclamado cómic en el año 2000, 'Persépolis'-. Y lo es sobre todo con la población de Irán, el país del que se tuvo que exiliar siendo niña tras la Revolución Islámica de 1979.
Por eso espera que recibir este premio tenga un "impacto real", aunque "no lo sabe", porque lo que tiene claro es que lo que realmente impactará en Irán será cuando se le reconozca como un "Estado terrorista".
"Desgraciadamente, Josep Borrell dice que no (...); le daría una bofetada", afirmó, porque, según las palabras del político, Europa no considera a la 'Guardia Revolucionaria' como una "organización terrorista".
Se refiere a las declaraciones que el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior hizo la semana pasada, en las que consideró que incluir a esta organización en la lista de organizaciones terroristas de la UE "no tendría un efecto práctico".
"¿Qué pruebas necesitan para que los guardianes de la República sean reconocidos como terroristas? (...), necesito que los premios sirvan para algo porque la vida de un hombre es siempre más importante y la vida de los jóvenes por la libertad siempre es mucho más importante", concluyó Satrapi.
En este sentido, según añadió, cuando se hablaba "mucho de Irán en Occidente no mataban a nadie", pero "cuando se dejó de hablar empezó a haber ejecuciones".
"¿Y qué hace Europa en lugar de condenarles? Convierte a Irán en presidente del foro social de derechos humanos en el seno de la ONU. Nadie de Irán pediría a Occidente que fuera a hacer la revolución, pero al menos que reconozca que hay un movimiento con el 85 % de la población que no quiere esa dictadura religiosa. La opinión pública cuenta y para eso importan estos premios, no para aplaudirme a mí", matizó.
Y por eso también este reconocimiento -otorgado por su compromiso cívico, por su defensa de los derechos humanos y la búsqueda de un mundo más justo e integrador- se lo dedica al artista de rap Toomaj Salehi, condenado a muerte hace unos días "por cantar a la libertad".
"Su voz es la voz de Irán y si se quiere ejecutar a Toomaj se quiere ejecutar a Irán y a toda la juventud. Él solo representa a todos los pueblos, a todas las clases sociales".
Respecto a su trabajo, la franco-iraní (Rasht, Irán, 1969) consideró que el arte no necesita "necesariamente tener un compromiso", ya que para ella el "arte es arte" y por eso 'Persépolis' ha "funcionado": "fue un trabajo artístico honesto y muy bien hecho".
Pero además se refirió a su última obra, el cómic 'Mujer, vida y libertad'; es el "resultado" de 24 años en los que no ha "cesado" de decir que no cree en "tonterías", como el hecho de separar el mundo en "Oriente y Occidente".
"Hay muy pocas diferencias entre un cristiano fanático y un musulmán fanático o un judío fanático, básicamente es lo mismo, el fanatismo es el fanatismo, este es el gran problema con las religiones en el mundo", dijo.
"Si yo me convierto en símbolo del diálogo y de la tolerancia, si alguien como yo recibe este premio es que el mundo debe ir muy mal", ironizó la galardonada, quien cuando era niña tenía como referente a Batman, un superhéroe "muy oscuro que se ocupaba de hacer justicia". EFE
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