La conferencia–concierto dedicada a Guadalupe Unda, se presento el 21 de noviembre en el Museo Francisco Cossío, incluyó la exposición del trabajo de investigación que Cristopher Miranda desarrolló en torno a la compositora, esta fue la primera interpretación de Berceuse, pieza que ahora se suma al catálogo conocido de la autora.
Miranda explicó en una entrevista para este medio, que el proyecto inició cuando revisó el acervo de más de 600 partituras de la biblioteca y advirtió la casi nula presencia de compositoras. El nombre de Guadalupe Unda llamó su atención de inmediato, pues su obra apenas comenzó a conocerse a partir de 2019 y solo dos de sus piezas habían sido estrenadas desde 2023. Esto lo llevó a contactar a la investigadora Luisa Vilar Payá, quien descubrió las primeras partituras de Unda, y a partir del intercambio confirmó que la obra encontrada en San Luis Potosí no figuraba en registros previos.
El análisis comparativo de esta partitura con otras obras atribuidas a la autora permitió identificar coincidencias de estilo y estructura. Miranda señala que la escritura melódica y los rasgos propios de la música académica de finales del siglo XIX y principios del XX estaban presentes, lo que reforzó la atribución. A esto se sumó la complejidad material del documento, deteriorado por el tiempo, lo que requirió reconstrucción, transcripción y apoyo externo para la traducción del texto, con colaboración de la cantante Maciel Escudero.
Según Miranda, el hallazgo permite ampliar el entendimiento del contexto musical de la época, en la que Unda tuvo vínculo con figuras como Julián Carrillo y Ricardo Castro. Destaca que la pérdida de registros sobre su vida y obra hace que cada recuperación de material contribuya a completar un panorama históricamente fragmentado. Subraya además la responsabilidad de investigadores e intérpretes en rescatar repertorios olvidados y en evitar que compositores queden fuera de la memoria musical del país.
Miranda concluye que la digitalización, la grabación y la difusión pública son pasos esenciales para que estas piezas dejen de ser documentos archivados y puedan integrarse a la práctica musical actual. Considera que regresar estas obras a los escenarios fortalece la conexión del público con la historia de la música y crea rutas para que más intérpretes se interesen en repertorios poco explorados.
En el marco del Día Mundial del Músico, Miranda subraya que el arte sonoro sostiene procesos culturales, sociales y educativos. Afirma que “la música como arte es siempre un pilar de la sociedad” y que su función implica generar pensamiento crítico y movimiento social. Considera que la labor de músicos, docentes e investigadores consiste en mantener vivo este patrimonio y evitar que las obras se pierdan: “nuestra responsabilidad está en dejar algo que quede para la posteridad como todo arte”.